2. Los ciudadanos tendríamos la garantía de que se comprarán los mejores insumos para los tratamientos, con base en un análisis costo-beneficio transparente. La variable determinante sería la calidad para aumentar la probabilidad de éxito, no los precios .
3. El nuevo sistema de compras de medicamentos y material de curación tendría penas creíbles para aquellas compañías que participen en prácticas anticompetitivas. Por ejemplo, la posibilidad de ser deshabilitadas por un periodo de tiempo como lo ha pedido la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) .
Rocío Nahle se adelantó un día en Twitter con un video para promocionar todos los logros de la llamada cuarta transformación con el #YoApoyoAMLO . “Porque acabó con la mafia de la venta de los medicamentos” y “porque es un presidente incluyente, gobierna para todas y todos los mexicanos”, afirma el video. Como si la realidad cambiara por decreto de la noche a la mañana.
Como Nahle, yo también apoyo al presidente porque quiero un México mejor. Sin embargo, como mexicana, quisiera ver un compromiso por la salud, la seguridad y la creación de instituciones que hagan un país más equitativo, en vez de una lucha encandecida por la autosuficiencia energética.
En un mundo globalizado, la población no necesita gasolinas y electricidad producidas en México con materias primas locales. Requiere disponer de energía para realizar sus actividades a precios competitivos, independientemente de su origen. Pero, sobre todo, necesita la garantía de vivir en un país próspero capaz de reducir los riesgos a los que se enfrenta su gente.
Nota del editor: Fátima Masse es coordinadora de proyectos del @IMCO . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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