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Atención retailers: no es la política, es el dinero

Ante la incertidumbre que les genera la caída del consumo muchos retailers imputan sus resultados a las políticas públicas del gobierno, opina Iván Franco.
mié 04 septiembre 2019 09:27 AM
Ventas minoristas en Estados Unidos superan expectativas y suben 1.7% en octubre
La venta de gasolina también aumentó, pese a los aumentos paulatinos en su precio durante el año.

(Expansión) – Expansión publicó una nota en donde explica los resultados de las cadenas comerciales en el mes de julio de 2019. Las ventas de tiendas iguales cayeron en términos reales, mientras que se observó un freno importante de las ventas de tiendas totales, en relación con los meses previos.

En el ambiente del retail se vive incertidumbre y pesadumbre en torno al consumo. Los ejecutivos, sus asesores y las cámaras del sector están preocupados y pesimistas por el futuro inmediato. No saben si el consumo continuará cayendo en lo que resta del año y en el que viene.

La incertidumbre paraliza la toma de decisiones, y la interrogante es si se debe esperar a que pase el temporal, o mejor tomar decisiones más drásticas, como recomponer los portafolios de productos.

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Ante la incertidumbre que les genera la caída del consumo muchos retailers imputan sus resultados a las políticas públicas del gobierno.

El tema relevante es la falta de información para ligar la coyuntura con los resultados de los negocios. Este astigmatismo que tiene la industria del retail está impactando adversamente la formación de expectativas en torno al consumo futuro, y por las razones equivocadas.

Por ello, es fundamental explicar los resultados del sector a la luz de los datos, no de los posicionamientos.

¿Por qué el consumo minorista está débil en 2019?

La disminución en el consumo no se debe al estilo de gobierno ni a las políticas públicas de la 4T. Por un lado, es muy temprano aún para que la política pública impacte negativamente en el consumo privado.

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Por otro, en términos de la confianza del consumidor, una buena porción de la población apoya el proyecto político actual. Por ello, más que desconfianza, el consumidor tiene optimismo en gastar y en consumir. Así que la explicación no va por ahí.

La razón del estancamiento en el consumo es que cada vez hay menos dinero en la economía. El dinero circulante es el que no está creciendo. Dicha debacle comenzó en el segundo trimestre del año 2017. Para demostrar lo anterior, la gráfica del crecimiento de la base monetaria a tasa mensual anual resulta ser una joya explicativa, ya que esboza (en gran medida) el ciclo de consumo en nuestro país.

¿Qué es la base monetaria y por qué explica la debilidad en las ventas?

La base monetaria es la cantidad de billetes y monedas en circulación, más, los depósitos a la vista en las instituciones bancarias. Es el dinero que está disponible en la economía, la liquidez.

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El Banco de México implementó una política monetaria expansiva a partir del año 2013, y entre otros efectos, hubo un aumento inusitado de la base monetaria. El pico del aumento sucedió en el mes de marzo de 2015, donde creció 24% a tasa anual nominal.

A partir de ese momento, la base monetaria comenzó a caer consistentemente, hasta que, en el mes de julio de 2019, su saldo nominal aumentó solo 2.1% a tasa anual.

No es coincidencia que el consumo total (y las ventas) sigan una trayectoria similar. Por ejemplo, si tomamos el indicador de la ANTAD de las ventas de mismas tiendas (ya sin Walmart), estas crecieron apenas 1.2% en términos nominales en el mismo mes. Mientras que las ventas totales (incluyendo a las nuevas tiendas) aumentaron 5.4%. A la luz de otros indicadores de la economía, este parecería un crecimiento consistente.

En suma, cuando la cantidad de dinero disponible en la economía crece poco, por relación de causalidad, las ventas también crecerán al margen.

No estoy implicando que la política monetaria restrictiva sea la responsable directa del bajo crecimiento del consumo, sino que la consistente reducción de la tasa de crecimiento del dinero se asocia directamente con el bajo consumo de hoy.

¿Por qué hay menos dinero?

La razón es que hay menos crédito disponible. El banco central establece la política de intercambio en el mercado de fondos prestables, a través de la tasa de interés, pero, el sistema financiero, principalmente el bancario, es quien ejecuta la expansión monetaria de dinero nuevo. Son dos entes distintos con funciones distintas.

De hecho, la trayectoria del crédito (y de la captación bancaria) de la banca comercial es similar que la base monetaria en el mismo periodo (con algunos rezagos de diferencia). Es decir, el crédito total aumentó a partir del año 2014 hasta caer hasta 7.4% en el primer trimestre de 2019 a tasa anual nominal.

Por otro lado, la política fiscal (que es diferente a la política pública) también lleva un par de años sesgada hacia el desendeudamiento, lo que reduce la capacidad gasto del gobierno.

¿Qué sigue y cómo reaccionar?

En agosto de 2019 el Banco de México redujo la tasa de referencia en 25 puntos base por primera vez en cinco años. Es posible que el ciclo de reducciones se extienda, ya que, en el deteriorado balance de riesgos para el crecimiento está pesando más la adversidad del ambiente económico global.

La pregunta es, ¿qué tanto un ciclo de reducción de tasas impactará en la cantidad de dinero de la economía? Y, ¿qué tanto impactará positivamente en el consumo?

En el corto plazo debería impactar positivamente en el consumo, dado que la economía mexicana hoy está creciendo por debajo de su potencial de largo plazo, y por debajo de su capacidad.

Por estas razones, las cadenas minoristas deben considerar que el panorama económico para lo que resta de 2019 y 2020 tiene riesgos importantes para el consumo. Que se acentuarán, después de la elección presidencial de Estados Unidos en noviembre del próximo año, donde ese país podría experimentar una desaceleración más pronunciada.

Con una inflación relativamente controlada, las cadenas minoristas deben idear estrategias contra-cíclicas para favorecer al consumo. Estrategias tanto de precios como de volúmenes de venta. Igualmente, pensar en modificar y flexibilizar la vocación de los distintos formatos de sus tiendas, de acuerdo con el desempeño del consumo.

No está demás decir que el sector del retail mexicano necesita mejorar su liderazgo y elevar el nivel de su análisis. Mi recomendación es que afinen sus evaluaciones técnicas y despoliticen sus supuestos.

Vuélvanse observadores más que actores del drama político. Así encontrarán sus respuestas y estrategias para lidiar con el lento crecimiento del efectivo.

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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