(Expansión) – En alguna ocasión todos hemos desconfiado de alguna persona o institución; es parte de la naturaleza humana. Sin embargo, la desconfianza se vuelve un problema social cuando hacemos consciencia de que otras personas o instituciones desconfían de nosotros y requerimos demostrar nuestra honestidad.
Hace algunos meses un amigo me contó sobre la muerte de su hermano, quien tenía cobertura de seguro por una empresa en México y otra en Estados Unidos. La viuda inició trámites simultáneamente: en Estados Unidos sólo envió vía electrónica el acta de defunción y una identificación y en 48 horas recibió la suma asegurada. En México, los trámites en la aseguradora se prolongaron y en cada ocasión solicitaban nueva documentación.