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México no tiene un plan energético de nación

El país va realizando cambios de acuerdo a la idea de cada administración, mientras éstos no deberían tener caducidad, opina Ramses Pech.
mar 29 octubre 2019 11:44 AM
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Un plan de nación en el campo de la energía, a nivel ley, podrá dar certeza jurídica a la inversión, dice Ramses Pech.

(Expansión) - El patriotismo y la soberanía deben reflejarse en un plan de nación que permita un crecimiento en el poder adquisitivo de la sociedad. Ser solo mexicanos con ideas no resuelve el futuro de un país. Transmitir conocimiento y compartir sí.

México continúa realizando planes sexenales en la parte energética ligados a las empresas productivas del Estado ante un mercado en crecimiento y demandante. El país va realizando cambios de acuerdo a la idea de una administración ligada a una soberanía. Y la cantidad de dinero que puede tener cada administración dependerá del crecimiento de un país: En función de la inversión interna o externa.

México desde 1970 no ha tenido la certeza de realizar un plan de nación ligado a una ley a donde el poder Legislativo y Ejecutivo cumplan con la parte que corresponde a cada periodo donde el plan ha establecido para llegar a metas específicas que aseguren intercambio energético sin depender de otras regiones como actualmente ocurre.

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Un plan de nación a nivel ley podrá dar certeza jurídica a la inversión.

Es importante no confundir la reforma energética con un plan; ésta es la herramienta para la realización del proyecto, nos ha dado lineamientos de cómo debería el país poder desarrollar tecnología, tener acceso a la misma y disminuir el riesgo de inversión para la nación.

La soberanía no indica que todo lo tiene que realizar la nación para poder tener acceso a energía, cada administración debería enfocarse en cómo facilitar que el mercado interno crezca en función de las variantes geopolíticas, aprovechando los recursos naturales en forma ordenada bajo contratos, normas, órganos reguladores y políticas públicas de acorde a un plan de nación.

Otros países han entendido que la única forma de influir en un mercado interno y/o global ha sido y continuará siendo con el suficiente dinero para desarrollar y tener acceso a tecnología. Lo han realizado con base a un plan de nación que está ligado a los derechos/impuestos que pagan las empresas, inversionistas, empleados y todo aquello que el gobierno puede recuperar para poder facilitar a la sociedad satisfacer sus necesidades energéticas.

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Un plan de nación bajo una ley no significa monitorear, controlar, bloquear o indicar quién no puede entrar una empresa. El objetivo del plan deberá estar ligado a cuánto y/ cómo deberíamos tener en energía.

Producir materia prima no significa soberanía energética, es el cómo utilizar, transformar y aprovechar la coyuntura geopolítica mundial.

Preguntemos en dónde hay una ley hoy día que indique cuánto crudo debemos almacenar para cubrir la demanda, cuánto gas debemos almacenar para la generación de electricidad, tipo de infraestructura para mover materia prima o derivados de la misma; entre otras cosas.

No confundir la política pública energética sexenal, plan de negocios de cada empresa productiva de acuerdo a cada administración, planes de Consejo Nacional de Control de Energía, presupuesto de egreso, gasto público, regulaciones/acuerdos emitidos por órganos reguladores, todo ello está ligado a un periodo que en México caduca cada seis años cuando cambian a los individuos que administran y que solo han servido para culpar al anterior.

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En el plan de nación cada administración debe estar obligada a llegar a la meta establecida dentro para poder ser autosuficientes e influir en el mercado global, sin metas sexenales.

El plan de nación no deberá alinearse a lo que cada administración decida en función de lo que cada consejo de cada empresa productiva decida. No.

Cada parte deberá alinearse en cumplir las metas dentro de la ley del plan y sin estar alineado a una ideología o forma de administrar el país. Deberá ser ajeno a toda influencia de pensamiento contario a lo que al país le conviene de largo plazo, esto como consecuencia dará certeza jurídica, económica, legal y de percepción de que el país tiene un rumbo energético.

Soberanía y autosuficiencia no significa encerrarnos en un mercado interno, es dejar que la inversión de otras latitudes tome el riesgo y genere una economía circulante.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados. Síguelo en Twitter como @economiaoil . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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