Hay quienes en su vida nacen con cualidades de liderazgo y quienes por su trayectoria las tienen que desarrollar, cualquiera que sea el caso, hay algo esencial para lograrlo: asumirse como líder y estar dispuestos a vivir plenamente con esta decisión.
Ser líder no es nada fácil, todo lo contrario, es muy difícil e implica mucha responsabilidad. Pero se requieren personas que asuman su liderazgo, lo dimensionen y que, actuando con humildad, inteligencia, congruencia, escuchando consejos y opiniones, etcétera, guíen a quienes liderean hacia donde se debe de ir, que no forzosamente implica que es el lugar a donde quieren ir, pero sí el correcto.
El líder debe tener una visión clara de la meta y en conjunto con su equipo trazar el mejor camino a alcanzarla.
Un buen líder se rodea de gente inteligente, que sean francos en su comunicación, que expresen sus puntos de vista abiertamente, que sean mejores que ella o él y los deje trabajar libremente, el líder aprende de ellos
El liderazgo requiere de optimismo, pasión, resiliencia, reconocer los triunfos, pero también los fracasos sin desánimo para corregir y seguir adelante, saber comunicar (especialmente con el ejemplo), apertura, visión clara de la realidad, motivar a los demás y sumar, conoce bien el potencial de quienes lo rodean y lo aplica para las diferentes tareas que se presentan en el camino, debe ser genuino y honesto.