Pero esto ha cambiado en el mundo; no interesa saber si eres diplomático, político o filantrópico, ha surgido una nueva era trascendental del aseguramiento de un país primero en forma interna y después hacia el exterior. Los lazos comerciales de un libre mercado continuarán, pero estará soportado por lo que ofreces como país en una relación bilateral. No habrá más países que aporten dinero para que una región o nación se desarrolle y no aporte desarrollo al acuerdo entre ambas partes.
Hemos empezado a creer que estamos despertando del letargo de enamoramiento económico que tuvimos, pero nos hemos dado cuenta que continuamos dormidos, pero ahora en una pesadilla que asumimos que no fue creada por nosotros, sino por el mundo.
Estamos pensando que con los palmadas de espalda, cartas, comunicados y el acuerdo de libre comercio México será respetado; creo que estamos perdiendo el tiempo en adulaciones de orgullo y refugiándonos en lamer las heridas económicas. Estamos perdiendo el tiempo y estamos creando debilidades al depender de otros; para que nos ayuden a que nos inviten a negocios, debido a que nuestro mejor amigo quiere jugar con nosotros, pero él pone sus condiciones porque es el dueño del balón.
Muchos dicen que México tiene un bajo costo de mano de obra, la pregunta es ¿por qué tener una mano de obra calificada barata, es acaso que queremos que nuestra sociedad sea un sobreviviente económico o tenga un crecimiento sostenido trascendental? En México hay pobres en más del 50% de la población, pero creo que radica en la ideología del ‘no pasa nada si no hacemos algo’.
Supongamos que la vida ideal es que tengamos recursos para tener acceso a conocimiento, educación y estar dentro de una sociedad; mi entorno familiar y mis generaciones a tener una mejor vida podrán subir al final de la escalera cuyo objetivo es la trascendencia.