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El mercado energético en la economía 2020

El dinero que sólo provenga del presupuesto de cada año para energía nos dará como resultado una economía cíclica estacionaria, opina Ramses Pech.
vie 17 enero 2020 07:41 AM
petroprecios - mercado energético
El dinero circulará en el mundo, pero sólo en aquellos países que tengan cómo intercambiar algo, energía, tecnología o dinero para invertir, considera Ramses Pech.

(Expansión) – La proyección del precio del barril promedio anual para el 2020 de acuerdo a las últimas proyecciones para el precio del Brent estaría 65 dólares y West Texas Intermediate (WTI) en 59 dólares, dando a lugar que la mezcla mexicana en 55 dólares.

¿El pronóstico? Los precios del crudo se mantendrán elevados en los primeros meses de 2020, lo que refleja un flujo de efectivo adicional al mundo derivado de los eventos geopolíticos recientes. Sin embargo, este estímulo de precios podría disminuir en la primera mitad de 2020.

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El ritmo del crecimiento económico mundial y los cambios resultantes en el consumo de petróleo siguen siendo inciertos. La restricción de la producción por parte de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y varios países no miembros (OPEP +), especialmente Rusia, y la aceleración del crecimiento de la demanda mundial se verán más que compensados ​​por la producción no perteneciente a la OPEP, principalmente en los Estados Unidos, Noruega, Brasil y Canadá. El mundo incrementará el consumo mundial de combustibles líquidos en 1.3 millones de barriles diarios en 2020.

El crecimiento económico en el mundo provendrá del estímulo al precio del petróleo crudo, el cual también está impulsado por un pronóstico de que el crecimiento económico mundial será más alto en 2020 que en 2019, en función de una mayor exportación por parte de Estados Unidos y un flujo adicional en países de la OPEP.

El impulso realizado fue el acuerdo comercial firmado el día 15 de enero por Estados Unidos y China, en el cual han acordado aumentar las importaciones de energía (por parte del país asiático) de alrededor de 52.4 mil millones de dólares en los próximos dos años, principalmente petróleo. Las compras durante dos años incluirán gas natural licuado, petróleo crudo, productos refinados y carbón.

Actualmente algunos tienen un porcentaje de cobro de aranceles (5% sobre el crudo estadounidense), el cual tendrá que ser absorbido por la empresa importadora o transferido al consumidor incrementando el costo dentro del mercado, el gran reto de CHINA de cumplir.

China, el comprador de combustible (GNL) para calefacción y centrales eléctricas de más rápido crecimiento en el mundo, no ha importado ninguna carga estadounidense desde febrero de 2019 y el nuevo tratado ayudará a exportar el excedente producido en Shale desde las terminales de exportación estadounidense que se completaron en los últimos tres años.

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Estados Unidos es uno de los principales proveedores del mundo y algunos proyectos más nuevos se han estancado sin compradores chinos. La lucha por firmar contratos de venta a largo plazo ha socavado los esfuerzos para asegurar la financiación de las instalaciones multimillonarias y ahora tendrá la forma de cómo asegurar cada proyecto.

En enero quedó demostrado que el crecimiento económico dependerá de Estados Unidos y China, debido a que han preferido ponerse de acuerdo en circular el dinero entre ellos para no tener un estancamiento económico y del crecimiento que pudieran colapsar el mercado interno de cada país.

El dinero circulará en el mundo, pero sólo en aquellos países que tengan cómo intercambiar algo, energía, tecnología o dinero para invertir, toda aquella nación que no tenga lo anterior quedará expedita a depender de la forma como relacione en el mundo y las facilidades queden para poder llegar a ser parte del mundo geopolítico.

La nueva palabra en cada mesa de negociación, que estará a partir de este año, será “mercado energético”, derivado de que la OPEP no determinará el precio del petróleo -el intercambio comercial fundamentado en materia prima como los hidrocarburos entre países en desarrollo-, dando a lugar a la movilidad del dinero para incrementar el flujo de efectivo para invertir en tecnología para una transición energética del futuro para obtener energía finita con materias primas de alto rendimiento y bajo costo.

Actualmente importamos una gran cantidad de energía de Estados Unidos ante una baja cantidad en volumen en dinero de exportación por parte de nosotros. México requiere tomar el mismo ejemplo del acuerdo de las dos potencias (Estados Unidos y Canadá), pero en el sentido de permitir inversión directa extranjera lo más ligado a tener autosuficiencia energética y tecnológica en el futuro, aprovechando que el riesgo financiero lo asuman privados y la nación tenga recursos adicionales por medio de impuestos y derechos que deriven de cada proyecto ejecutable en el mundo.

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El dinero que sólo provenga del presupuesto de cada año para energía nos dará como resultado una economía cíclica estacionaria, teniendo como consecuencia no ser atractivos y quedando aislados para el mundo por un tiempo indeterminado.

El mundo cambió: ahora ha decidido que circule el dinero a través del mercado energético en lugar de tener un colapso interno en cada país a través de su economía.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter como @economiaoil . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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