El ritmo del crecimiento económico mundial y los cambios resultantes en el consumo de petróleo siguen siendo inciertos. La restricción de la producción por parte de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y varios países no miembros (OPEP +), especialmente Rusia, y la aceleración del crecimiento de la demanda mundial se verán más que compensados por la producción no perteneciente a la OPEP, principalmente en los Estados Unidos, Noruega, Brasil y Canadá. El mundo incrementará el consumo mundial de combustibles líquidos en 1.3 millones de barriles diarios en 2020.
El crecimiento económico en el mundo provendrá del estímulo al precio del petróleo crudo, el cual también está impulsado por un pronóstico de que el crecimiento económico mundial será más alto en 2020 que en 2019, en función de una mayor exportación por parte de Estados Unidos y un flujo adicional en países de la OPEP.
El impulso realizado fue el acuerdo comercial firmado el día 15 de enero por Estados Unidos y China, en el cual han acordado aumentar las importaciones de energía (por parte del país asiático) de alrededor de 52.4 mil millones de dólares en los próximos dos años, principalmente petróleo. Las compras durante dos años incluirán gas natural licuado, petróleo crudo, productos refinados y carbón.
Actualmente algunos tienen un porcentaje de cobro de aranceles (5% sobre el crudo estadounidense), el cual tendrá que ser absorbido por la empresa importadora o transferido al consumidor incrementando el costo dentro del mercado, el gran reto de CHINA de cumplir.
China, el comprador de combustible (GNL) para calefacción y centrales eléctricas de más rápido crecimiento en el mundo, no ha importado ninguna carga estadounidense desde febrero de 2019 y el nuevo tratado ayudará a exportar el excedente producido en Shale desde las terminales de exportación estadounidense que se completaron en los últimos tres años.