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Necesitamos muchos Mandelas

Al llegar al poder, Nelson Mandela mantuvo una política de unificación nacional y buscó terminar con las grandes divisiones de su país, dice Mauricio Hubard.
vie 07 febrero 2020 10:01 AM
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Nelson Mandela fue uno de los grandes líderes de nuestra época que demostró que se gana más uniendo que separando, dice Mauricio Hubard.

“Detesto el racismo, porque lo veo como algo barbárico, venga de un hombre blanco o de un hombre negro” Nelson Mandela.

(Expansión) - Vivimos tiempos de una enorme polarización de las ideas, del manejo de redes sociales para expresas opiniones a favor de un tipo de política o en descrédito de la misma, ataques a quienes expresan opiniones, en contra de periodistas, intelectuales, empresarios, académicos, políticos, etcétera.

Cada día cuesta más trabajo encontrar lo que es verdad, detectar los temas que realmente son importantes y no los mediáticos, encontrar voces centradas que sirvan en la forma de opinión y toma de decisiones, datos duros basados en análisis y estudios profesionales; en redes sociales encontramos posiciones extremas escritas por “líderes de opinión” que pueden escribir las cosas más absurdas y dañinas para la sociedad, y aun así encontrar muchos que les aplauden.

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La polarización que vivimos se da en un marco de grandes cambios mundiales, sociales, políticos, económicos, y culturales. Cambios que generan mucha incertidumbre, angustia, desconfianza; en algunos países estos sentimientos se han visto reflejados en marchas, manifestaciones, violencia, cambio de gobiernos a nivel internacional, no solo en una región.

La polarización lleva al odio, el odio fácilmente genera violencia

Lo que el mundo necesita son más líderes como Nelson Mandela, en lo político, social, empresarial, cultural, en jóvenes y adultos, gente en poder y quienes tienen poder de facto, en jóvenes y adultos.

Partamos de entender las circunstancias que vivió Mandela para entender su grandeza. Nació en Sudáfrica en la época del Apartheid, en un país donde los negros representaban el 79% de la población.

El Apartheid fue un sistema de segregación racial extremo que se dio en Sudáfrica después de la segunda guerra mundial, donde los ciudadanos de raza negra tenían prohibido participar en política y votar, entrar a muchas zonas e incluso ciudades que se reservaban para los blancos; los sistemas de salud y educación eran muy diferentes entre unos y otros, solo los ciudadanos de raza blanca podían tener empresas, los ciudadanos de color tenían que portar en todo momento cartillas de identificación y los blancos no.

Todo lo que representaba riqueza, patrimonio, medios de comunicación, medios de producción, de educación de calidad, en general cualquier tipo de poder e influencia social era controlado por la minoría blanca. A los negros se les persiguió, encarceló y asesinó cuando se atrevían a manifestarse en contra de las condiciones en que vivían, en contra del sistema; el odio entre blancos y negros creció exponencialmente.

Nelson Mandela fue un abogado activista en contra de esta situación, y adquirió mucha influencia y relevancia entre la población desfavorecida. Su lucha lo llevó a ser arrestado en diversas ocasiones, se le encarceló en 1962 y condenó a cadena perpetua, ahí fue torturado en múltiples ocasiones por los encargados de la cárcel, hombres blancos en el poder.

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El próximo 11 de febrero se cumplen 30 años del día en que fue liberado de prisión por el presidente Frederick de Klerk, quien se apoyó en Mandela para calmar levantamientos violentos en contra del sistema y, en conjunto, lograr una terminación del Apartheid de forma pacífica, ambos ganaron en 1990 el Premio Nobel de la Paz.

En 1994, en un acto histórico, Mandela fue electo presidente de Sudáfrica.

Con su llegada al poder, se generaron sentimientos opuestos en la población en general, que venían de décadas de vivir en una polarización extrema; los negros se sintieron liberados y la gran mayoría quería venganza en contra de los blancos, estos a su vez pensaron que iban a ser perseguidos y despojados de todo.

La posición de Mandela fue totalmente opuesta e inesperada por ambas partes.

Al llegar al poder mantuvo una política de unificación nacional, buscó terminar con las grandes divisiones de su país. Se dio cuenta de que, “para construir nuestra nación, necesitamos de cada ladrillo” y también que “para la construcción de la nación debemos demostrar que no somos aquello por lo que nos tienen miedo, es tiempo de construir puentes”. Ambas son frases de discursos del presidente Mandela.

Nelson Mandela salió de la cárcel sin odios, con una visión a futuro, logró que los sudafricanos encontraran puntos en común y partir de ahí fue uno de los grandes líderes de nuestra época que demostró que se gana más uniendo que separando.

En prisión se inspiraba en el poema “Invictus” de William Ernest Henley, en la última estrofa en especial: “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.

Por eso en estos tiempos de polarización requerimos de más gente como Nelson Mandela, con actitud de unión y no de división, que inspiren a lograr un mejor futuro en los demás; no solo en política, empresarios, académicos, en general en todos los ámbitos de la sociedad.

Cada uno podemos abonar a la unión o la división, depende de nosotros sumar a la construcción de un mejor México, construir puentes entre las diferentes posiciones aun y cuando parece imposible, Mandela demostró que sí se puede.

Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School), es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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