El próximo 11 de febrero se cumplen 30 años del día en que fue liberado de prisión por el presidente Frederick de Klerk, quien se apoyó en Mandela para calmar levantamientos violentos en contra del sistema y, en conjunto, lograr una terminación del Apartheid de forma pacífica, ambos ganaron en 1990 el Premio Nobel de la Paz.
En 1994, en un acto histórico, Mandela fue electo presidente de Sudáfrica.
Con su llegada al poder, se generaron sentimientos opuestos en la población en general, que venían de décadas de vivir en una polarización extrema; los negros se sintieron liberados y la gran mayoría quería venganza en contra de los blancos, estos a su vez pensaron que iban a ser perseguidos y despojados de todo.
La posición de Mandela fue totalmente opuesta e inesperada por ambas partes.
Al llegar al poder mantuvo una política de unificación nacional, buscó terminar con las grandes divisiones de su país. Se dio cuenta de que, “para construir nuestra nación, necesitamos de cada ladrillo” y también que “para la construcción de la nación debemos demostrar que no somos aquello por lo que nos tienen miedo, es tiempo de construir puentes”. Ambas son frases de discursos del presidente Mandela.
Nelson Mandela salió de la cárcel sin odios, con una visión a futuro, logró que los sudafricanos encontraran puntos en común y partir de ahí fue uno de los grandes líderes de nuestra época que demostró que se gana más uniendo que separando.
En prisión se inspiraba en el poema “Invictus” de William Ernest Henley, en la última estrofa en especial: “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.
Por eso en estos tiempos de polarización requerimos de más gente como Nelson Mandela, con actitud de unión y no de división, que inspiren a lograr un mejor futuro en los demás; no solo en política, empresarios, académicos, en general en todos los ámbitos de la sociedad.
Cada uno podemos abonar a la unión o la división, depende de nosotros sumar a la construcción de un mejor México, construir puentes entre las diferentes posiciones aun y cuando parece imposible, Mandela demostró que sí se puede.
Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School), es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión