(Expansión) - La economía basada en innovación y la industria de alta tecnología han generado importantes casos de estudio para los economistas del siglo XXI. En Estados Unidos muchas empresas han sido beneficiadas por el programa Small Business Innovation Research (SBIR), un fondo público de capital de riesgo. Por ejemplo, el desarrollo del algoritmo de búsqueda de Google fue apoyado por un fondo de la National Science Foundation (NSF), y la compañía de automóviles eléctricos Tesla recibió un préstamo de 465 millones de dólares del Departamento de Energía.
Con ese contexto, es evidente que no sólo la investigación temprana juega un papel importante, sino también la investigación aplicada, las finanzas en etapa temprana y las adquisiciones estratégicas, y queda claro que la inversión estatal está en todas partes cuando se trata no sólo de investigación básica, sino también de tecnología aplicada, desarrollo, escalamiento tecnológico y soporte real para vinculación academia-empresa (cualquiera que sea el nombre que queramos dar a la hélice).