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La Cuarta Revolución Industrial, ¿una oportunidad para todos los mexicanos?

¿Cómo canalizamos los negocios del futuro hacia una economía que beneficie a todos los mexicanos, no solo a las élites?, cuestiona Richard Wells Viesca.
mié 11 marzo 2020 12:48 PM
cuarta revolución industrial - tecnología - empresas - mexicanos
La Cuarta Revolución Industrial nos presenta la oportunidad de enfocar estas tres economías del conocimiento, compartida y distribuida para el beneficio de la economía humana y natural, considera Richard Wells Viesca.

(Expansión) – Hace unas semanas me tocó participar en un foro sobre el impacto de la Cuarta Revolución Industrial en la economía de México. Tocamos en muchos temas importantes –¿debemos definir sectores estratégicos del futuro?, ¿cuáles serían?, ¿qué tipo de fuerza laboral e infraestructura requeriremos? Sin embargo, me quedé preguntándome: “¿Qué estamos haciendo para mejorar la vida de una joven indígena en una comunidad marginada en el sureste del país?”. Mi respuesta a mi propia pregunta fue: “No mucho.”

Si continuamos por la senda actual, es probable que, con la Cuarta Revolución Industrial, México se convierta en un país cada día más desigual, menos sustentable, y menos competitivo en la arena global. O, por otro lado, podemos desarrollar los negocios del futuro para beneficio de todos. Para esto requeriremos el dinamismo, la innovación y el capital del sector privado en alianza con el sector público, el académico y con el apoyo de la sociedad civil.

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Hace 35 años la web no existía; no nos imaginábamos que emergerían negocios como los medios sociales, la búsqueda de información en línea, el streaming de películas, el e-comercio, la nube como servicio o automóviles, viviendas y espacios de trabajo compartidos. El futuro de la economía global será aún más disruptivo. ¿Prosperará México en esta futura economía? ¿Cómo canalizamos los negocios del futuro hacia una economía que beneficie a todos los mexicanos, no solo a las élites?

El primer paso es reconocer las oportunidades y desafíos que nos presenta el futuro. No cabe duda de que la Cuarta Revolución Industrial presenta oportunidades de crear un país más justo y más sustentable: puede crear oportunidades para pequeñas empresas locales, liberar a los seres humanos de trabajos degradantes, peligrosos y agotadores, y enfrentar graves problemas ambientales como el cambio climático, la escasez del agua y la pérdida de los hábitats y biodiversidad.

Pero en la otra cara de la moneda, una de las sociedades más desiguales del mundo está en riesgo de volverse aún más desigual con una deriva tecnológica que divide drásticamente.

Podemos concebir la Cuarta Revolución Industrial como un conjunto de cuatro “economías.” Cambios exponenciales en tecnologías de informática, telecomunicaciones, inteligencia artificial, ciencias de la vida, robótica, cambiarán fundamentalmente cómo vivimos e interactuamos en la economía del conocimiento.

A su vez, la economía del conocimiento posibilita a una economía compartida en donde activos y capacidades, antes controladas por una sola persona o entidad, son rentadas como servicios compartidos en la nube. La economía compartida junto con tecnologías como blockchain, impresión en 3-D y realidad aumentada, facilita la descentralización de la actividad económica y resulta en una economía distribuida. En esta economía disminuyen las ventajas de escala e incrementan las ventajas de agilidad y creatividad.

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La Cuarta Revolución Industrial nos presenta la oportunidad de enfocar estas tres economías del conocimiento, compartida y distribuida para el beneficio de la economía humana y natural. Podemos apalancar la tecnología, no para reemplazar al ser humano, sino para potencializarlo con nuevas capacidades que le permitan ejercer su iniciativa y creatividad.

Esta potencialización puede crear nuevos negocios creativos, productivos y sustentables con alto impacto e impulsar el crecimiento en comunidades marginadas. Con esto, sí podremos mejorar la vida de la joven indígena en el sureste del país.

Se habla mucho de “sectores estratégicos.” Propongo que un verdadero “sector estratégico” sea todo aquello que utilice las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial no para reemplazar al ser humano sino para estimular sus capacidades y creatividad, sobre todo en las comunidades marginadas de México que fueron dejadas atrás por la Tercera Revolución Industrial.

Nota del editor: Richard Wells Viesca es profesor de EGADE Business School. cuenta con una formación en Ciencias Políticas y Gobernabilidad por la Universidad Harvard, Administración y Gestión Empresarial por el Instituto de Tecnológico de Massachusetts y Derecho y Diplomacia por la Universidad de Tufts. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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