(Expansión) – Hace unas semanas la iniciativa privada, sector público y representantes de la academia – científica, literaria o artística, establecida con autoridad pública – se unieron durante el anuncio de una nueva política industrial del país, la cual desde hace unos 25 años no reflejaba grandes cambios y que hoy busca ser un referente para la innovación y transformación de ciertos sectores.
Debatir su relativa y pronta aplicación podría traer a la mesa un sinfín de aristas que debemos tomar en cuenta y en las cuales, el grueso de los empresarios mexicanos debemos participar para llegar a una buena y correcta implementación. Sin embargo, en esta ocasión me gustaría reflexionar en tres grandes rubros: el talento humano, la competitividad industrial y la igualdad económica–social.