Los resultados evidencian que, si bien hay avances en materia de cultura laboral, no se trata de un modelo exclusivo para atender emergencias como la que vivimos ahora, sino que debe formar parte de su cultura empresarial de forma permanente.
Las nuevas generaciones tienen esto en mente desde antes de comenzar a laborar: necesitan de esquemas flexibles que se adapten a su movilidad, horarios y que estén enfocados a resultados.
Cumplir con un horario de oficina fijo no es ya una opción y no tiene ninguna ventaja si el trabajo no rinde frutos; por el contrario, no importa que trabajes desde tu casa o una cafetería si tu esfuerzo otorga buenos resultados.
Las empresas y trabajadores que han integrado en su cultura la idea del trabajo como parte del profesionista, y no de la oficina, y que utilizan modelos flexibles desde hace tiempo, ahora tienen una marcada ventaja competitiva.
Un caso de éxito es Ctrip, una agencia de viajes online con sede en Shanghai, que realizó un estudio sobre los efectos del teletrabajo en sus empleados. Los resultados indicaron un aumento de productividad del 22%, y un ahorro para la compañía de alrededor de 2,000 dólares por año para cada empleado. Al momento de desarrollar el estudio contaban con 16,000 empleados, por lo cual su ahorro es millonario.
¿Debemos seguir esperando a que las opciones se agoten, para que todas las empresas adopten este esquema? Todo indica que no se trata de algo pasajero, sino que el trabajo del futuro ya exige que los profesionistas puedan realizar sus tareas desde cualquier parte, por comodidad, calidad de vida, ahorro en costes para las empresas, reducción del impacto ambiental por movilidad, y una larga lista de ventajas que las empresas tradicionales se han negado a ver desde años.