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Requerimos un Estado con más inversión pública en salud

La falla de los gobiernos liberales en la asignación de recursos a salud y educación es aleccionadora en estos momentos de emergencia, opina Giannina Sampieri.
lun 11 mayo 2020 11:57 PM

(Expansión) – Se puede discutir si el carácter capitalista del Consenso de Washington triunfó o no. Lo cierto es que se convirtió en la hoja de ruta de las economías emergentes, prácticamente en toda América Latina y en la mayoría de los países de Asia. El capitalismo global con economías abiertas, es el sistema que hasta hoy, mejor fomenta el crecimiento económico, detona la inversión e impulsa a las empresas a comerciar con el resto del mundo.

El mundo enfrenta una pandemia global llamada COVID-19. El distanciamiento social ha generado dos fenómenos económicos que se combinan, por una parte un choque de oferta y por la otra, un choque de demanda. Estimaciones econométricas coinciden que el PIB global podría caer más de 8% en 2020. Para México, la estimación ronda entre 6.5% y 10%. Estados Unidos podría absorber una contracción económica de 8%. Voces expertas señalan que podría ser la mayor crisis económica desde 1929.

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Quizá una diferencia con otras crisis es que esta es especialmente destructiva del empleo, además de que en unos cuantos meses ha sido capaz de “quebrar” cadenas de suministro internacional de bienes de consumo e intermedios.

Los gobiernos de todo el mundo (el de México es la excepción) han desplegado programas fiscales para apoyar a las empresas pequeñas y medianas, lo que los economistas llaman políticas contracíclicas. La idea es gastar dinero del gobierno para que las empresas sigan funcionando y salvaguardar empleos lo más que se pueda. Los Bancos Centrales han desplegado medidas de política monetaria expansiva a fin de apoyar el capital de trabajo de las empresas y su operatividad.

Existe una evidente debilidad en el sector salud en todo el mundo. La falla de los gobiernos liberales en la asignación de recursos a salud y educación es aleccionadora e incisiva en estos momentos de emergencia.

Parecería que hoy como nunca se requiere de las enormes cualidades del neoliberalismo y del keynesianismo. A diferencia de lo que propagan sus críticos, Lipmann, Hayek y Friedman, nunca abogaron porque el Estado fuera demasiado pequeño, por el contrario, se pronunciaron por un Estado fuerte para enfrentar diversas necesidades de la población y dar garantías de certeza jurídica. Es mentira que el neoliberalismo defienda a ultranza “la mano invisible” del mercado para resolverlo todo. Reconoce que existen las fallas de mercado que deben ser solventadas por el gobierno.

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Es necesario que el pensamiento keynesiano tenga más espacio en los economistas de los gobiernos, requerimos de un Estado que tenga un mayor papel de promoción de la actividad económica para que las industrias recuperen su impulso.

La meta debería ser que a mediano y largo plazo se recupere el equilibrio fiscal en conjunción con mercados libres. Los gobiernos deberán invertir recursos en ciencia y tecnología y en poner en pie sistemas de salud capaces y flexibles para atender pandemias que no se irán realmente, regresarán.

Los gobiernos deberán ser capaces de generar condiciones para que ciudades medianas adquieran fortalezas económicas y de atención educativa, de salud, vivienda y comunicaciones. Las economías de aglomeración deberán ser enfocadas a las ventajas comparativas por ciudad y región. El arreglo fiscal deberá cambiar a tasas marginales progresivas, que a la vez permitan ampliar la base tributaria."

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Tenemos las instituciones internacionales, una sociedad libre llena de talento y los principios liberales del Consenso de Washington siguen en pie, aunque creo que requerimos un Estado mucho más grande con más inversión pública en salud y un nuevo arreglo fiscal más progresivo. Dolerá, pero es necesario si queremos un sitio en la civilización de los siguientes 50 años.

Nota del editor: Giannina Sampieri Laguna es Directora de Relaciones Comerciales Internacionales en la Universidad Intercontinental. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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