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La responsabilidad de los planes de “vuelta a la normalidad” de los estados

Ni la llamada cuarta transformación ni los propios gobiernos estatales dimensionan la catástrofe que supondría la desaparición de 70 millones de empleos, opina Xavier Ginebra.
mié 27 mayo 2020 12:00 AM

(Expansión) – Una de las ventajas del insomnio es que pude repasar con detenimiento los “Programas de vuelta a la normalidad” diseñados por la mayor parte de los gobiernos estatales, a través de los acuerdos emitidos por sus secretarios de Salud y Desarrollo Económicos.

En ellos se establece la forma en que los sectores de la economía regresarán gradualmente a las actividades económicas, de acuerdo a las disminuciones que se vayan –ojalá- detectando en la difusión del COVID-19 en los diferentes municipios del país.

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La verdad es que, salvo algunas especificidades particulares, estos planes de “regreso” a la normalidad no tendrán de normalidad absolutamente nada, pues con cifras públicas –que deberían haber tomado en consideración los secretarios de desarrollo económico al desarrollar sus “planes de niño de primaria de calendarios de vuelta a la normalidad”-, el país caerá entre 7 y un 10% del PIB este año.

Además, se incorporarán a las filas de pobreza al menos 16 millones de mexicanos, según cifras públicas del Coneval o de hasta 20 millones, de acuerdo a un estudio del Centro Espinosa Yglesias; el 48% de los empleos están en riesgo; y las exportaciones mexicanas tendrán una gran desaceleración hacia Estados Unidos, salvo sectores muy específicos.

Acudiendo a la simple declaración del FMI de que los efectos de esta pandemia tendrán los peores efectos desde la Gran Depresión de 1929 (cuando quebraron más de 4,000 bancos; el desempleo en Estados Unidos ascendió a cifras superiores al 30% y México tuvo tuvo caídas de 6.2% de su PIB durante tres años seguidos).

Añadamos a esto que 62 millones de mexicanos viven con dos dólares al día y la falta de imaginación de los gobiernos locales de establecer un programa de apoyo a las empresas informales –limitándose por una sola ocasión al otorgamiento de créditos a algunas empresas en los inicios de la pandemia-, pero ahora parecen completamente abandonadas a su suerte y sin medidas de política pública adecuadas que las apoyen.

Como la sugerida por Schumacher y Zaid de fomentar para las microempresas “tecnologías intermedias” o “adecuadas”, una oferta apropiada de medios de producción baratos accesibles, para poder realizar la venta de productos de acuerdo a las necesidades de los mercados informales, fomentando con ello una creación más sólida y barata de empleos, desarrollar el mercado local y fomentando tecnologías más amigables con el medio ambiente que las tecnologías “modernas”.

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Estas tecnologías serían fácilmente financiables con microcréditos y están disponibles en Internet (los estados del norte podrían habernos ahorrado a los contribuyentes los 2 millones que le pagaron a la consultora McKinsey, por un plan completamente ordinario, además en “tiempos de austeridad”, aunque ya se ve que ésta se mide de forma diferente depende de con quién).

Ni la llamada cuarta transformación ni los propios gobiernos estatales dimensionan la catástrofe que supondría la desaparición de 70 millones de empleos como consecuencia de la pandemia si su ayuda se limita a “una lista de calendario” que no incluye la asignación de una pensión universal a las personas vulnerables.

El desempleo estructural por la pandemia amenaza a la economía mexicana

No se necesita ni una licenciatura en economía ni ser secretario de desarrollo económico para diseñar un “mero calendario tentativo” de retorno a las actividades para las empresas, con tan poca imaginación y conciencia, que pueden poner al país al borde del estallido social. ¿Responderán ante su conciencia por su incompetencia cuando tenían los elementos para impedirlo?

OPINIÓN: La inseparable relación entre la actividad productiva y la liquidez

La historia los deberá juzgar con la misma severidad que deberá juzgar la falta de actuación de López Obrador y de falta de solidaridad de algunas élites durante la pandemia.

Nota del editor: Xavier Ginebra Serrabou es Máster y Doctor en Derecho económico, Profesor Investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad De la Salle Bajío y miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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