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Reapertura: en sus marcas, listos… ¡pruebas!

El número de casos confirmados de COVID-19 no debe ser la única métrica para definir que un municipio o entidad está listo para regresar a la normalidad, opina Luis Mauricio Torres.
mié 27 mayo 2020 12:32 AM

(Expansión) – De acuerdo con el Gobierno federal, la cuenta regresiva para reanudar actividades en México ya comenzó. El 18 de mayo inició la primera etapa para reabrir actividades económicas, sociales y educativas en México. Sin embargo, el análisis del IMCO y MEXICO BIGDATA indica que es probable que el Gobierno no cuente con toda la información necesaria para evaluar la pertinencia de levantar medidas preventivas de contagio y transitar a la #NuevaNormalidad.

En la primera fase del plan se contempla abrir más de 300 municipios que no tienen casos de COVID-19. Después, entre el 18 y 31 de mayo, se diseñarán protocolos para que centros de trabajo y lugares públicos puedan regresar a sus actividades de manera paulatina. La tercera fase comenzará a partir del 1 de junio.

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Según las autoridades, la ausencia de contagios en gran parte del país permitirá suspender las medidas sanitarias a nivel local mediante la publicación de un semáforo que definirá la capacidad de municipios y entidades para relajar medidas de contingencia.

El plan de reapertura tiene dos problemas enormes. Primero, parece que nuestras autoridades federales no toman en cuenta que el mecanismo de monitoreo y seguimiento de casos de COVID-19 que usamos en este país, el famoso Modelo Centinela, tiene serias limitaciones. La Secretaría de Salud depende de la recopilación de datos únicamente de casos graves en un número limitado de instituciones de salud que sirven como sitios de vigilancia. Esto restringe su capacidad para identificar patrones de contagio y números reales de casos activos a nivel local.

Segundo, realmente no sabemos en qué etapa de la pandemia nos encontramos. El bajo número de pruebas para monitorear el nivel y evolución de casos de COVID-19 hace que por el momento no podamos determinar el número real de casos en el país, su distribución geográfica o si la curva de contagios está llegando a su pico.

La tendencia de los datos parece indicar que no hemos frenado la propagación del virus y, por el contrario, es posible que el punto máximo de nuevos casos confirmados se alcance en las siguientes semanas, justo cuando se plantea desde el Gobierno reabrir la economía y levantar restricciones.

En la carrera por retomar el dinamismo económico y social, el Gobierno federal necesita obtener datos a través de pruebas masivas y aleatorias a población con síntomas graves, leves y asintomáticos. Además de rastrear personas que hayan estado expuestas al virus. Sin muchas más pruebas será difícil estar listos para reabrir la economía de manera segura. Hoy México realiza 1,270 pruebas por cada millón de habitantes, mientras que Brasil hace 3,500 o Perú casi 20,000.

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Adicionalmente, el número de casos confirmados no debe ser la única métrica para definir que un municipio o entidad está listo para regresar a la normalidad. En el proceso de implementación de un plan de reapertura se deben identificar otros factores de riesgo con el objetivo de anticipar rebrotes como los que ha experimentado Chile.

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Otro tema importante es que necesitamos total transparencia en la metodología de semáforo anunciado por el Gobierno federal con el fin de que expertos puedan generar mejores propuestas de política pública para el proceso de reapertura, así como mejorar el proceso de comunicación de la estrategia con los ciudadanos.

La extensión y profundidad de casos, índices de riesgo de propagación y contagio como el de MEXICO BIGDATA, así como una evaluación de las poblaciones más vulnerables, deben marcar la pauta para reabrir actividades, no un calendario esbozado apresuradamente en Palacio Nacional. Es posible que ante el aumento de casos en el territorio mexicano durante las próximas semanas sea necesario replantear los tiempos estipulados en la estrategia para algunas zonas del país.

Para dar el banderazo a la reapertura a nivel local y nacional debemos contar con muchas pruebas más. También debemos contar con un panorama claro sobre las vulnerabilidades de la población y los riesgos de cada zona del país. Para los municipios y entidades con semáforo en rojo necesitamos medidas de prevención sanitaria suficientes para frenar el contagio y la propagación del virus.

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Todo esto debe estar acompañado de un plan de reactivación económica con apoyos económicos para familias y pequeños negocios. La gente necesita ayuda para poder seguir el #QuédateEnCasa.

Nota del editor: Luis Mauricio Torres Alcocer es Investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Síguelos en su página y redes sociales: Twitter y Facebook . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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