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El contraste de un país roto se verá reflejado en los tiempos venideros

Los delincuentes que dejaron de percibir entradas económicas han intentado migrar a un plano donde las extorsiones y el trabajo a la distancia les ha dado algunas ganancias, opina Carlos Ramírez.
mar 30 junio 2020 05:59 AM

(Expansión) – Dentro del análisis en materia de seguridad como un punto transversal a las repercusiones o situaciones derivadas de la situación actual de México a raíz de la pandemia, era de esperarse que comenzaran los repuntes de violencia en todo sentido, ante una fallida estrategia de acusar a la delincuencia con sus figuras de autoridad familiar; hay puntos de los que no se habla y pareciera se maquillan las cifras en los informes presentados por las autoridades.

El punto de quiebre de una seguridad rota podemos contrastarlo en las diversas situaciones de diversos sectores. Comencemos con el primero al decir de varias mujeres que recluidas en casa obligadamente viven casos de los que no pueden hablar por temor a recibir mayor castigo de sus parejas, gran parte de estos casos jamás se denunciará; y así la cadena de crecimiento de violencia continúa con otros ejemplos.

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Los delincuentes que dejaron de percibir entradas económicas, particularmente los que se dedican al robo de equipos móviles, han intentado migrar a un plano donde las extorsiones y el trabajo a la distancia les ha dado algunas ganancias, sin embargo, al estar aislados en casa, con el perfil criminológico de una incitación a mayor violencia y adrenalina cuando salgan a las calles nuevamente, se volverá un peligro para la ciudadanía.

Comienzan los aumentos a robos en transporte público, sin importar si es solo una persona o varias en la unidad colectiva, sin importar si la víctima trae un peso o mil; el delincuente recién salido de cautiverio retomará sus labores, las víctimas afectadas no denunciarán, por cuestiones de tiempo, la ineficacia y lo tedioso, así como lo desgastante que representa acudir a las filas de nuestro sistema de seguridad.

Ahora bien, ante una pérdida de diversos empleos formales, muchas personas recurrirán a la salida fácil: el robo, particularmente el robo a casa habitación por grupos conformados por sus conocidos, cercanos. Se volverá una realidad operante, en algunos casos para persuadir a los sistemas de grabación casero, recurrirán a robar placas de otros vehículos, cosa que está siendo una nueva parte del modus operandi previo al robo de casas, identificar lugares solitarios o en su caso hogares donde puedan entrar y con lujo de violencia lograr su cometido; es hora de comenzar a tomar medidas de protección en nuestros hogares.

En materia digital, les he hablado de los aumentos de la ciberdelincuencia y en futuras ocasiones tocaré un par de temas sensibles, en esta ocasión me centraré únicamente a la violencia tangible de la que muchos temen.

El crimen organizado, generalizando la terminología, ha tenido un refuerzo de todos aquellos, niños, jóvenes y adultos que buscando una oportunidad laboral son reclutados en las filas sin mayores requisitos que estar en completa disposición a cualquier orden. El engrosar las filas a raíz de una situación económica devastada, y sin planes ni oportunidades, dará un aumento delictivo, que con adeptos novatos marcados por un estereotipo de vida simple y fácil recurrirán con mayor violencia a cometer sus actos.

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El secretario de Seguridad de la CDMX sufre atentado

Podemos contrastar esto último a los atentados recientes contra las autoridades de la CDMX, que resultaron vivos y con delincuentes capturados; tristemente poco se habla de las víctimas y terceros afectados a raíz del crecimiento de la violencia en el país.

En mi México, el pan de cada día puede ensuciarse con sangre, a veces propia, a veces ajena y se vuelve muy triste la realidad. El cruzar distancias enormes para a veces no regresar a casa, el vivir día a día entre violencia, el no tener oportunidades y deber ceder a las filas de la delincuencia; el contraste de un país roto se verá reflejado en los tiempos venideros.

Nota del editor: Carlos Ramírez Castañeda es especialista y apasionado por el Derecho Informático, particularmente en ramas de Ciberseguridad, Cibercriminalidad y Ciberterrorismo. Tiene un Máster en Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicaciones de Santiago de Compostela España, Doctor en Administración y Políticas Públicas de México. Es colaborador de diversas instituciones académicas y gubernamentales, profesional siempre interesado en temas de ciberprevención particularmente con sectores vulnerables. Síguelo en Twitter como @Ciberagente . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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