Facebook eliminará más publicaciones racistas tras la presión de usuarios
Definitivamente en nuestro país urge hablar de racismo, clasismo y de privilegios, pero no para dividir más, sino para unirnos, entendernos mejor y para que todas y todos podamos tener los mismos privilegios, y con ello dejar de llamarlos así.
Desde muy chica atestigüé el dolor y la separación que genera el racismo y el clasismo. Al hacer menos a una persona o una cultura perdemos todos y ambas partes quedan en una situación de desventaja.
A pesar de lo que muchos pensarían está separación no le sirve a nadie, por lo que me cuesta tanto entender que haya quienes se sientan intimidados solo porque el tema se ponga sobre la mesa.
Negar que somos una sociedad racista y clasista es ignorar una realidad inminente, nuestra educación, estructuras y nosotros mismos estamos permeados de racismo, clasismo e incluso machismo desde el origen mismo de nuestra nación.
La única forma de deconstruirnos es aceptarlo, aceptarnos y empezar a cambiar. Por eso es tan importante abrir la conversación, entre otras cosas para no correr el riesgo de caer en la superioridad moral de creer que sabemos qué es lo que hace sentir discriminado al otro.
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Tenemos que escuchar a aquellos que durante siglos hemos ignorado, aprender de nuestros errores, pedir disculpas y juntos, empezar a construir un país más equitativo, más igual y justo.
Para mí lo más importante es no olvidar que buscamos lograr que todos seamos “privilegiados”, que todos podamos gozar de las mismas oportunidades y que cada día sean mejores. La única forma en la que podremos lograrlo será hombro con hombro, como sabemos hacerlo los mexicanos.
Nota del editor: Jimena Cándano estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad Iberoamericana. Obtuvo el grado de Maestría en Administración Pública con enfoque en Desarrollo Comunitario y Transformación Social en la Universidad de Nueva York. Actualmente es la Directora Ejecutiva de la Fundación Reintegra. Síguela en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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