¿Cómo lograr que México salga de la crisis económica del COVID 19? | #AsíLoVemos
La presunta corrupción no puede ser justificación para ese retroceso: la que haya o hubo, que se denuncie, pruebe y sancione. Pero para eso no se necesita andar como los cangrejos: de espaldas al futuro. Tampoco es pretexto ofrecer energía barata para el pueblo: al contrario, un megawatt/hora de una termoeléctrica de la CFE llega a tener un costo de generación seis veces superior al de las centrales renovables eficientes.
Claro, está el recurso de aumentar el subsidio con cargo al erario, ¿pero no se trata precisamente del dinero del pueblo? Si no queda para construir nuevas centrales eléctricas del Estado, como acaba de evidenciarse con la cancelación de las licitaciones que estaban en fila, y a la par se rechaza y ahuyenta la inversión privada, ¿entonces a dónde vamos?
Aquí cabe el dicho del béisbol: esta política energética no pitchea, ni cacha, ni deja batear.
OPINIÓN: Discordancia entre dinero y energía
En el sector energético global esa obsesión ideológica por la reestatización monopólica está más que rebasada. Empresas con fuerte participación gubernamental, como las francesas Engie y EDF o la italiana Enel, son prácticas. No le hacen al feo ni a las alianzas con otras compañías ni a inversionistas: el Estado va como socio de firmas de capital privado, fondos de pensión y con casi quienquiera que desee subirse a un barco rentable. Eso les proporciona capital y flexibilidad no sólo para crecer en sus países sede, sino para invertir todo el mundo, incluyendo México.
¿Será una utopía que Pemex y la CFE se liberen de lastre ideológico, ataduras presupuestales y dependencias del mundo de la política para hacer algo semejante? ¿Que con ese tipo de empresas, más quienquiera que desee subirse a un barco “ganar-ganar”, nos concentremos en lo que importa: abasto energético suficiente y de bajo costo, con capacidad para no quedarnos rezagados en la transición a fuentes limpias y sustentables?
OPINIÓN: México y su energía: tan cerca del gobierno y tan lejos del mundo
Cierro con otro dicho, atribuido a Deng Xiaoping, que explica mucho del éxito de China para sacar a cientos de millones de la pobreza y de cómo ese país ahora compite por el liderazgo en sectores como almacenamiento de energía y tecnología fotovoltáica: ¡No importa el color del gato, sino que cace ratones! Eso es igual de válido para las banderas de primero los pobres y soberanía energética en México.
Nota del editor: Rodrigo Villar cuenta con un MBA del Royal Melbourne Institute of Technology y estudió la carrera de Contabilidad y Administración Financiera por el Tecnológico de Monterrey. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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