El turismo, las remesas en efectivo y la actividad comercial en la frontera norte justifican por sí mismos la existencia lícita de dólares en efectivo y, en consecuencia, su captación por parte del sistema financiero para su posterior repatriación a Estados Unidos. Cada año el sistema financiero mexicano repatria a Estados Unidos aproximadamente 4,000 millones de dólares.
Para hacer esto posible es indispensable la participación de un corresponsal bancario. Cada semana aviones con dólares en efectivo viajan de México a Estados Unidos para, una vez declarados tanto en la aduana de México como en la aduana de Estados Unidos, se entregan en los bancos de la Reserva Federal para que, una vez verificada por la Reserva Federal la autenticidad de dichos billetes, se depositan en la cuenta que el banco exportador en México tiene con su corresponsal bancario americano, el cual, a su vez tiene una cuenta en la reserva federal. Cabe señalar que, en todo este proceso los bancos mexicanos cumplen con los más altos estándares de prevención de lavado de dinero.
Mediante este procedimiento se hace la “alquimia” de convertir dólares en efectivo en dólares electrónicos. Una vez convertidos en dólares electrónicos se pueden mover a cualquier parte del mundo a través del sistema financiero internacional.
Cada banco corresponsal tiene su modelo de negocio, sus programas de prevención de lavado de dinero y su apetito al riesgo. Asimismo, están sujetos a la supervisión y regulación de autoridades que tienen sus propios criterios e intereses.
Así las cosas, los bancos mexicanos que ofrecen el servicio de captación de dólares en efectivo se encuentran en un contexto adverso muy intenso. Por una parte llevan a cabo operaciones que se consideran de alto riesgo dado que el origen de esos dólares puede ser ilícito y por la otra parte necesitan a corresponsales bancarios extranjeros que a su vez se encuentran supervisados y regulados por autoridades que consideran que transacciones con bancos mexicanos y, en particular, la repatriación de dólares en efectivo son de alto riesgo para su sistema financiero.
Esta combinación provocó que bancos corresponsales decidieran suspender, restringir e inclusive cerrar el negocio de corresponsalía bancaria con bancos mexicanos. Actualmente, el sistema financiero cuenta con muy pocos corresponsales bancarios para hacer la repatriación de dólares en efectivo.
Los reguladores y supervisores en México deberían actuar en conjunto con las entidades financieras a fin de fortalecer la relación con sus contrapartes extranjeras, fomentar la creación de estándares comunes de supervisión y regulación, así como la creación de políticas y criterios que permitan mantener un sistema de corresponsalía bancaria adecuado. El cierre de relaciones de corresponsalía bancaria implica un muy alto costo en contra de nuestro propio sistema.