Así fue la felicitación de AMLO a Biden por su triunfo en Estados Unidos
Horas antes de la conferencia de López Obrador, una jueza británica negó la solicitud del gobierno de Estados Unidos de extraditar a Assange a ese país. La razón ni siquiera es por desacuerdo en los cargos, sino por salud mental. Incluso, la juez señala que la libertad de expresión no se opone a la extradición del australiano.
En ese contexto viene la decisión de López Obrador. Es poco probable que el gobierno británico considere la petición del mandatario mexicano de indultar a Assange o de permitirle el asilo político en nuestro territorio. Tampoco es tan factible que el mismo Assange acepte la oferta.
Fue criticado también a nivel internacional que México, el país con más homicidios de periodistas, defienda la libertad de expresión y pretenda representar un espacio seguro. Entonces, realmente la ganancia del gobierno mexicano es ininteligible al momento. El único resultado evidente es incrementar la fricción con el gobierno entrante de Biden.
Si bien Trump había en algún momento vacilado con la idea de perdonar a Assange, entonces el pronunciamiento de México se alinea más con quien aún ocupa la Casa Blanca más que con quien está por entrar. Es una manera también de colocarse en la ruta de líderes izquierdistas como Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, quien permitió el asilo que se otorgó a Assange en la embajada de ese país en Londres. Un mensaje que quizá no sea el más prudente de López Obrador hacia su próxima contraparte.
En suma, no queda muy claro qué hay detrás de esas decisiones. Por un lado, López Obrador buscó incesantemente la entrada en vigor del T-MEC; hizo cambios importantes a su visión de gobierno, como en la política migratoria para alinearse con Estados Unidos. Washington fue el destino de su única visita al exterior. Sin embargo, ante el cambio de gobierno y la llegada de un líder más predecible que Trump, su posicionamiento es turbio.
Su defensa ferviente de políticas tradicionales de no intervención y asilo político, aunada a nombramientos inoportunos, envían mensajes poco amigables al equipo entrante. Faltan 15 días para la toma de posesión, aún hay tiempo de retomar el rumbo que México necesita en su relación con su socio principal. Hay prisa, pero cualquier paso mal ejecutado nos aleja más de la meta.
Nota del editor: Antonio Michel estudió Relaciones Internacionales en el ITAM, donde es profesor, y tiene una Maestría en Administración Pública por la Universidad de Maxwell. Trabajó casi 7 años en la Administración Pública Federal, en las secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Energía y Gobernación. Su pasión son los asuntos internacionales, los asuntos políticos y la administración pública. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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