México ha concentrado alrededor del 80% de sus exportaciones en su vecino del norte. A su vez, Estados Unidos encuentra en México a uno de sus principales socios comerciales y un vecino con injerencia en temas prioritarios como la migración y la seguridad.
Al igual que el mar, las tendencias, la inercia y los temas de la relación bilateral sobrevivieron a Donald Trump, y no cambiarán mucho con la llegada de Joe Biden; lo que variará será la resistencia, la fricción y, por ende, el impacto que tendrán los choques potenciales.
La discusión reciente ha girado en torno a la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre esperar a felicitar o reconocer a Joe Biden como ganador. Realmente no sorprende que no lo haya hecho: es consistente con la política exterior mesurada y con la narrativa de López sobre contar voto por voto. Lo delicado es haber dicho que esperaría hasta que se resolvieran los asuntos legales y que legítimamente fuera anunciado el ganador.
Puede dar pie a una lectura de no validar el triunfo de Biden como legítimo, a pesar de que, en las elecciones presidenciales recientes de ese país, los medios anuncian al ganador basados en el conteo de votos que haga cada estado. México se ha unido a una lista pequeña de otros tres países (Rusia, Brasil y Corea del Norte) en no felicitarlo al momento, pero para ninguno de ellos Estados Unidos es tan importante como para México. El viento golpea fuerte el inicio de esta marea.
Desde un punto de vista de costo-beneficio, la apuesta de López Obrador está en que, eventualmente, la relación tomará su curso. Una agenda bilateral tan estrecha, formal e institucional que se encontrarán los canales de diálogo de alto nivel para trabajar conjuntamente en los temas de interés común.
Respecto de la migración, será mucho más fácil trabajar con un gobierno demócrata, con una visión más favorable y humanitaria hacia inmigrantes, en aras de conservar programas como el de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) y eliminar aquéllos instrumentados por Trump como Remain in Mexico.
En cuanto a la seguridad, durante el gobierno de Barack Obama – cuando Biden era Vicepresidente – hubo mucho más cooperación e intercambio, como con la Iniciativa Mérida y la Operación Rápido y Furioso. Parece ser que con Biden se verá una continuación de esa línea en ambos temas.