Aunque México no tiene problemas de inflación hoy, es un hecho que los tendrá en el 2022, debido a la política monetaria del periodo 2020, donde, podría presumirse un exceso de liquidez en el sistema, si consideramos la rápida tasa de monetización de la economía en todo el año, con incrementos anualizados de hasta 23% mensual en la cantidad de dinero inyectada al sistema.
Hablar de un exceso de monetización de la economía es fácilmente verificable si se considera la fuerte caída que tuvo la economía en el año 2020; además, por el hecho de que la inflación también se encuentra en niveles relativamente controlados. Es decir, hoy no existe una alta inflación que demande más efectivo para compensar las subidas de precios.
Entonces, ¿por qué sobre monetizar? ¿Está siendo productivo el exceso de efectivo? ¿Generará inflación futura? Las tres preguntas tienen respuestas precisas que dilucidaremos a continuación.
La razón para sobre monetizar a la economía viene simplemente de la dualidad (“precio del dinero” vs. cantidad de dinero) que requiere mantener el banco central sobre los saldos monetarios, a fin de que la tasa de interés objetivo sea alcanzada y seguida por las otras tasas de mercado, por ejemplo, por la tasa interbancaria. En términos muy generales, para alcanzar su tasa objetivo el banco central necesita modificar la cantidad de dinero en el sistema. Por ello, para conseguir tasas cada vez más bajas el sistema requiere ampliar su liquidez.
La política monetaria que vendrá en 2021 se torna interesante, porque el actual ciclo de baja de tasas de interés es largo y lleva casi año y medio de vigencia. Más aún, con base en el entendimiento histórico y utilizando modelos específicos, estimo que el periodo actual de relajamiento terminaría aproximadamente a la mitad de 2021; cuando la tasa objetivo llegue a su mínimo y la inflación mensual subyacente también.
¿Y cuál es ese mínimo? Independientemente de los criterios de neutralidad, de brecha del producto y otros razonamientos, como el spread, que señalan un piso, la tasa de interés objetivo continuaría bajando del 4% y se mantendría ahí por unos meses más. Esto, basado solamente en la trayectoria también bajista que presentaría la inflación subyacente durante todo el año 2021.
Sin embargo, a partir de ese momento (mediados de año), las condiciones monetarias comenzarían un nuevo ciclo alcista, previendo que la inflación remontará de forma relativamente acelerada durante todo el año 2022, para salirse de la meta de convergencia ese año.