El dictamen que recientemente salió del Senado especifica que “los montos que no puedan repatriarse (por los bancos comerciales) serán comprados por el Banco de México… para lo cual el Banco (de México), escuchando a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, regulará el procedimiento de compra al tipo de cambio vigente”.
La idea es que dicho procedimiento de compra de dólares sea ultra regulado, de tal manera que puedan detenerse y rechazarse todos aquellos recursos que se sospeche son de procedencia ilícita. Con el objetivo de que el Banco de México no esté obligado a comprar dinero sucio.
Por ello, corresponde a la Cámara de Diputados, donde se analiza la misma ley, proveer las herramientas necesarias a dichas instituciones financieras para que puedan rechazar los dólares de procedencia ilícita y blindar al Banco de México ante posibles sanciones internacionales.
Actualmente, los bancos ya cuentan con los controles necesarios para detectar o sospechar sobre este tipo de operaciones irregulares con efectivo, por lo que la entrada en vigor de la ley no representaría un cambio en términos de los usos.
Más aún, esta nueva ley podría ayudar a los bancos comerciales a detectar un mayor flujo de efectivo, ayudando a las autoridades a identificar un mayor volumen de dólares sucios que se encuentran flotando en un mercado secundario.
In god we trust:
el último responsable es la Fed
En última instancia, el dólar en efectivo es una moneda de curso legal en Estados Unidos (en México, la única moneda de curso legal es el peso). El billete tiene en su frente una leyenda que dice: “esta nota es moneda de curso legal, para todas las deudas públicas y privadas”.