(Expansión) - Sigamos pensando que la naturaleza está inerte, sin movilidad o inercia, a lo que es sometida por cada uno de nosotros.
En México es y será la última llamada energética que tendremos para poder enmendar el camino hacia donde tenemos que transitar. El 15 de febrero del 2021 quedó demostrada nuestra codependencia energética a mercados internacionales y regionales, por el escenario del desabasto del gas natural, y el poder incorporar a la generación de energía en el mercado mexicano.
La naturaleza ya se manifestó ante la crisis del cambio de temperaturas en Estados Unidos y ha dicho, ¿estás preparado para los cambios que voy a hacer en tus estructuras, alimentos, aire, y en todas las actividades que tienes que realizar para poder vivir en este planeta?
Hay que entender y comprender que el crudo no aumentará su demanda en el mundo, se mantendrá, y que a partir del año 2030 será importante tener una buena producción propia de gas natural.
Una molécula de gas puede ser comprado en un mercado regional, derivado de la interconectividad que puede haber, y actualmente para México lo tiene con sus socios comerciales en el T-MEC, y para esta materia prima no se cobran aranceles. Tenemos 24 puntos de internación de gas de Estados Unidos a México.
La otra forma de obtenerlo sería producir tu propio gas natural. En función de tus reservas en el subsuelo de tu propio territorio tienes que invertir en almacenarlo, acondicionarlo y contar con la infraestructura para su movilidad.
En la actualidad, la única forma de tener gas seco (no asociado) en México, y con la calidad necesaria para producir, está en la Cuenca de Burgos. Este campo llegó a producir más de 1,600 millones de pies cúbicos de gas diarios y hoy menos de 600 millones.
Es urgente que las iniciativas de ley introducidas en el Senado sobre la reducción del DUC y la carga fiscal para el gas no asociado sean aprobadas, no con el fin de fortalecer a Pemex, sino para dar la base para la nación y poder contar con el gas suficiente para el futuro.
La preguntas son, ¿dependemos o no del gas natural de Estados Unidos? ¿Qué pasará en 2030, cuando exista todo bajo plantas eficientes de electricidad con la generación de gas natural? ¿Por qué no invertir en la cuenca de Burgos en las formaciones convencionales y no convencionales?
Recordemos que en México no tenemos dónde almacenar el gas, así como sale de los pozos a la superficie, lo que llega de ductos es utilizado; sin mencionar lo que se quema ante la falta de infraestructura para poder ser enviado a otras regiones.
Sin almacenamiento y producción de gas, dependeremos cada día más del mercado internación, donde nuestra balanza comercial incluirá a la gasolina, diésel, gas natural en el corto plazo, siendo este último el de mayor importancia, antes de ser una energía primaria que influya en todas nuestras actividades en función del consumo de la electricidad.
La importancia para lograrlo dependerá de la Secretaría de Energía, que debe facilitar farm-outs o nuevas rondas áreas; la SHCP debe presionar para cambiar el régimen para el pago de los derechos de utilidad compartida propuestos por el Senado; el Poder Legislativo debe otorgar recursos a Pemex para poder explotar las cuencas gasíferas, y el CENAGAS, con la nueva dirección, deberá tener antes del 2024 almacenamiento en formaciones para el gas natural, conforme a lo que ya se había planteado licitar o adicionar otras.
El gas es estratégico para la generación de electricidad mediante ciclo combinado. México está hoy en jaque, pues deberemos pagar más por la oferta y la demanda en los próximos dos lustros ante la falta de autonomía de producción. Lo que importamos de esta energía primaria proviene de campos similares que tenemos en México.
La Comisión Federal de Electricidad produce su energía en un 40% con gas natural, el total del país lo hace del 60%. Al producir con combustóleo se estaría contaminando en más del 110%, y con carbón, 225%.
Tener electricidad no depende de tener la tecnología, máquinas, líneas de transmisión- distribución y los usuarios para tener un mercado, depende en gran parte de tener la energía primara para producirla. Hoy el mundo realiza actividades en su mayoría a través de la electricidad y, en algunos años, en el transporte podría llegar en un 30 a 40%.
Entonces, no es problema de generación de electricidad, es un problema energético que debemos de considerar desde el contexto de la toma de la energía primaria, transformación y el rechazo en calor o gases de efecto invernadero.
¿Estaremos a tiempo?
Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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