Un ejemplo de ello son los mensajes de George W. Bush, luego del ataque a las Torres Gemelas; refiriéndose a Saddam Hussein expresaba: “¿tiene algún sentido para el mundo que esperemos a confrontarlo mientras él se vuelve más fuerte y desarrolla armas aún más peligrosas?”. Como es sabido, Bush persuadió a casi todo el mundo de que Hussein poseía armas de destrucción masiva.
Esta técnica de comunicación también es utilizada en los talleres de capacitación a voceros para instruirlos sobre cómo poner énfasis y centrar al reportero en el mensaje clave que se quiere transmitir; la técnica permite al vocero eludir preguntas incómodas y elaborar un “puente” hacia su zona de confort, que es aquella en donde se centra su mensaje principal. Es una forma exitosa de comunicar, aunque muchas veces el mensaje no sea del todo verdadero o comprobable.
Las preguntas retóricas tienen una doble vertiente: por un lado, quien responde a un cuestionamiento con una pregunta retórica lo hace en ánimo de poner en duda la validez del cuestionamiento y/o la autoridad de quien lo formula; por otro lado, las preguntas retóricas no cancelan del todo la posibilidad de una réplica o una re-pregunta por parte del receptor, quien decide si acepta la pregunta retórica como una forma de aserción (como es la intención del vocero) o si usa el propio argumento interrogativo para reformular o repreguntar en busca de obtener una verdadera respuesta por parte del vocero.
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Una variante a esta técnica de comunicación es cuando se logra que uno o varios reporteros, de forma acordada, sean quienes hagan preguntas a modo para que las respuestas sean las que el vocero quiere transmitir. Esto ocurre generalmente en conferencias de prensa y en entrevistas “banqueteras”.
Claro ejemplo de ello son las llamadas “mañaneras” del actual presidente de México: cuando no es el propio mandatario quien formula una pregunta retórica, son los “reporteros” afines, a quienes previo acuerdo, mayoritariamente se les da el uso de la palabra para formular la pregunta para lucimiento del presidente. Por ello no fue extraño que cuando la Secretaria de Gobernación encabezó estas reuniones en ausencia de AMLO, aparentemente ajena a la dinámica y acuerdos del Coordinador de Comunicación de la Presidencia con dichos medios, solicitó “a ver, ¿alguien de Reforma y de El Universal? para que podamos también tener aquí a los diarios más importantes” (enero 27).