Hoy, el futuro del trabajo es radicalmente distinto al de hace un año, procesos que en algún momento estuvieron en la agenda de recursos humanos, como son la transformación digital y la flexibilidad laboral, vivieron una aceleración que tomó por sorpresa a las compañías, ya que estas no se encontraban preparadas al 100% para implementar este tipo de estrategias.
Sin embargo, estos aspectos y procesos de la vida empresarial y corporativa han ido tomando forma a lo largo de la pandemia.
Así, de esta manera, con la gran mayoría de ellos trabajando desde sus casas, las firmas han tenido que repensar sus planes y prácticas de RR.HH, balanceando las prioridades de corto plazo para asegurar eficacia en el día a día, mientras continúan reactivando la agenda estratégica de talento, para transformar la fuerza laboral que se requiere para el futuro.
A esto hay que sumarle la transformación que ha sufrido el ecosistema laboral mexicano debido a las distintas reformas que se han implementado como la Ley de Pensiones y la Ley de Teletrabajo, así como la reciente ley aprobada de Subcontratación (Outsourcing) y de Servicios (Insourcing) y la propuesta de Ley para Pago Igualitario. Numerosas corporaciones se adaptaron, reaccionaron y reinventaron buscando enganchar a sus colaboradores en esta nueva realidad.
De esta manera, la pregunta es ¿cómo gestionar la flexibilidad de tal manera que se pueda conseguir un equilibrio entre las necesidades y preferencias de cada individuo y los imperativos del negocio? ¿Cómo la propuesta de valor al empleado evolucionará bajo las nuevas preferencias, estilos y tipos de trabajo?
Como lo mencioné, el trabajo flexible ya rondaba en las propuestas de transformación de las empresas, así como en las propuestas laborales de cara a los colaboradores, quienes desde hace algunos años venían buscando una manera de equilibrar mejor su vida personal y laboral sin desentenderse del propósito y los objetivos de negocio de su organización.
Es importante aclarar que la flexibilidad no es hablar de personas que laboran desde sus casas por ser freelancers o por tener algún acuerdo especial con su compañía, sino de empleados que antes acudían al lugar de trabajo en un horario determinado y ahora, una vez en la nueva normalidad, están dispuestos a seguir desempeñando sus funciones desde sus casas o desde cualquier lugar diferente a los centros de trabajo de su empleador.
En este sentido, la más reciente encuesta Termómetro de Teletrabajo y Subcontratación elaborada por Mercer señala que entre un 20 y 26 % es el estimado de las plantillas que las organizaciones prevén pasarán a trabajar de manera remota permanentemente, viéndose un cambio bastante interesante en las funciones de soporte como finanzas, recursos humanos, tecnología, servicio al cliente o inclusive área comercial, que antes se encontraban anclados en oficinas para brindar soporte a sus clientes internos / externos en todo momento y ahora pueden estar ofreciendo el mismo servicio a distancia.