Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Desarrollar productos: el ser humano como impulsor del cambio

Los clientes no están buscando productos novedosos de forma gratuita: quieren saber que recibirán valor por cada peso que consuman, opina Omar Camacho.
mar 04 mayo 2021 12:00 AM

(Expansión) - Si partimos de la idea generalizada de que las compañías hoy en día deben tener al ser humano en el centro de sus estrategias, la siguiente consecuencia sería la necesidad de transformar por completo a la organización.

Se vuelve fundamental, entonces, dejar de pensar en los procesos y los sistemas como el eje de las acciones, para entender que es la agilidad de respuesta ante las necesidades cambiantes de los clientes lo que nos permitirá acercarnos a ellos, y así ofrecerles productos que realmente les sean valiosos.

Publicidad

Sin embargo, hay que reconocer que enfocarse en el desarrollo de productos que realmente generen valor no es sencillo, en especial porque muchas empresas se enfrentarán a estructuras donde los sistemas y procesos han sido los mismos por décadas; tal pareciera que son inamovibles, todo equiparado por la natural resistencia al cambio, pero el esfuerzo en verdad que vale la pena.

Uno de los factores que justifica dicho impulso al cambio en la era de la digitalización es que los productos adquieren una nueva dimensión: pueden ser los catalizadores que le permitan a las empresas innovar a gran velocidad o convertirse en el ancla que les impida avanzar.

Las empresas deben estar conscientes de que operan en un mundo híbrido: la nueva normalidad nos está enfrentando a una situación donde los consumidores tendrán cada vez más presencia en el mundo real y en el virtual, prácticamente al mismo tiempo.

Por si fuera poco, y alrededor de esta realidad híbrida, se agrega el reto de construir resiliencia para navegar a través de los embates de los eventos disruptivos y prosperar, por lo que comprender a fondo las ventajas de asumir una mentalidad con el cliente en el centro de la estrategia, pueden comenzar por analizar y poner en práctica cuatro estrategias críticas para ser más ágiles:

En principio es fundamental concentrarse en las métricas adecuadas: lo importante es medir el valor, no el desempeño. De esta forma, el foco colectivo apuntará hacia la creación de productos y servicios que ofrezcan un valor tangible, no solo en añadir funcionalidades o nuevas versiones de lo que ya existe. Este eje también servirá para alinear a los equipos interdisciplinarios hacia un objetivo común y la creación de una responsabilidad compartida.

Asimismo, las empresas necesitarán definir sus productos a partir de los objetivos de negocio y no de las capacidades existentes. Este eje provoca que la innovación realmente esté en concordancia con los resultados que la organización desea lograr, no solamente por el deseo de ganar más cuota de mercado. Por supuesto, resulta fundamental asegurarse de que dichos objetivos sean claros, alcanzables y que realmente puedan medirse.

Publicidad
Resiliencia en el sector vivienda y las tendencias por venir | Expansión Live

También es importante entender que los clientes y la experiencia que se les va a ofrecer son esenciales, de modo que es fundamental que los equipos que diseñan los productos estén en comunicación directa con los consumidores.

Aquí es importante mencionar que se trata de tener un profundo conocimiento del mercado, de relacionarse de forma cercana con los usuarios y de saber que, incluso con estos datos, es esencial estar dispuestos a hacer modificaciones de forma ágil para aportar más valor.

Por último, el éxito del equipo de liderazgo necesita estar estrechamente vinculado a los resultados del negocio. De hecho, este enfoque ya está motivando cambios en sus comportamientos y en los incentivos que reciben los líderes de diversas organizaciones.

Son responsables de eliminar obstáculos, garantizar la claridad del propósito de la empresa, cultivar habilidades clave en el talento y fomentar la creatividad; son recompensados no solo por alcanzar los objetivos de negocio, sino por la forma en que se logran.

En última instancia, ya ha quedado claro que los clientes no están buscando productos novedosos de forma gratuita: quieren saber que recibirán valor por cada peso que consuman, y es que una de las grandes lecciones que nos ha dejado a esta pandemia es escuchar al ser humano para buscar resolver sus necesidades con soluciones tangibles no solo para ganar su preferencia, sino también su aprobación y confianza a largo plazo.

Nota del editor: Omar Camacho es Socio Líder de Digital Customer & Marketing en Consultoría, Deloitte México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad