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AMLO-empresario, ¿qué sigue después de la furia?

La estrategia para acompañar o contrarrestar los planes de López Obrador seguirá capturando reflectores; el gran desafío que tienen los empresarios está en sus propias filas, señala Jonathán Torres.
mar 15 junio 2021 12:01 AM

(Expansión) - La jornada del 6 de junio dejó varias lecciones que derivarán en una nueva etapa en la relación entre empresarios y la llamada cuarta transformación. La reconciliación está en veremos.

Las victorias no son eternas. En el ecosistema empresarial, hay buen ánimo por los resultados electorales, pues se piensa que los contrapesos en el Congreso son buenas noticias; sin embargo, persisten las dudas alrededor de las posturas que pudiera tomar la mayoría legislativa en asuntos escabrosos como un nuevo episodio de la reforma eléctrica, el nuevo modelo fiscal y el paquete presupuestal para 2022.

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El sector empresarial, en este momento, mira con atención la configuración que podría tomar el Congreso, el rol que jugará el Partido Verde, el perfil de los diputados plurinominales… El bloque opositor a la llamada cuarta transformación podría ser un aliado, pero tejer lazos con ciertos grupos y legisladores resultaría ser más efectivo para amarrar futuras negociaciones en beneficio de la agenda empresarial.

La diatriba no es buena consejera. Las elecciones terminaron en paz, pero aún gravita la sensación de que la radicalización gubernamental es un hecho. Pero el sector privado no quiere abonar a ello. En cambio, desplegará campañas para posicionarse en el imaginario colectivo como aliado de la reactivación económica. Por ejemplo, las empresas trasnacionales reforzarán sus mensajes sobre su contribución para generar empleos de calidad, con salarios más altos que el promedio.

Algunos líderes empresariales, de inicio, ya se reunieron con el presidente y ya tocaron base con Rogelio Ramírez de la O, futuro secretario de Hacienda. Su estrategia es permanecer sí o sí en la mesa de negociaciones y no dejar, en ningún momento, de poner el énfasis en el trabajo que tiene la actual administración, de garantizar un buen ambiente de negocios para atraer inversión y generar empleos de calidad.

Con sus matices, la narrativa empresarial persiste en defender las bases de la democracia liberal y economía de mercado, pero no tienen del todo claro que la voluntad presidencial se mueva bajo los mismos términos.

La reconciliación no significa palabrería. La fiebre poselectoral ha dado cuenta de ciertas señales del presidente para llamar al trabajo conjunto con los empresarios. Tiene presente que el soñado crecimiento económico no llegará sin inversión privada. Pero, para esta segunda mitad de su mandato, sus palabras deben estar acompañadas de acciones. Dadas las actuales condiciones, México crecerá económicamente, sin duda, pero no al potencial que podría. Estados Unidos nos impulsará, pero es muy posible que recuperemos los niveles prepandemia a finales de 2023 o hasta 2024. La pelota está en la cancha de Andrés Manuel López Obrador.

La sociedad es el aliado clave. Los empresarios están obligados a leer un mensaje que surgió de las urnas, que guste o no tiene que ver con el voto de confianza que un amplio sector de la sociedad le otorgó al partido gobernante. Así, una buena señal para combatir la polarización está en trabajar en la dimensión social del empresariado mexicano; sí, es necesario contar con márgenes de utilidad y rentabilidad, como lo es también aumentar las percepciones integrales de los trabajadores.

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La clase media mexicana a través de los ojos del presidente | #EnSegundos

“Hay una exclusión social que nos debe preocupar, que con las elecciones se ha intensificado. Ésta no es culpa de los empresarios, sino de una retórica diaria de división. Pero está claro que tenemos que hacer mucho más por la inclusión social; por ocuparnos más en ofrecer empleos dignos y un poco menos por las utilidades”, sostiene un empresario que pide no ser identificado.

La visión de grupo no lleva a ningún lado. La estrategia para acompañar o contrarrestar los planes de Andrés Manuel López Obrador seguirá capturando reflectores, pero el gran desafío que tienen los empresarios está en sus propias filas, en analizar el camino a seguir para garantizar su unidad y no mantener la pulverización que los debilita frente al poder presidencial. Si pretenden incidir como bloque en los próximos tres años, no es posible sostener una interlocución con el poder político solo a través de los grandes capitales, pensando que los medianos y pequeños empresarios los seguirán. Eso no pasará.

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En estos días, lejos de los reflectores, tiene lugar una negociación trascendental entre empresarios y gobierno. La vacunación de los trabajadores de empresas está en el centro de la conversación y se espera que pronto se defina el mejor procedimiento para su inoculación. En la mesa de diálogo se ha planteado la posibilidad de vacunar contra el COVID-19 en parques industriales. El acuerdo está cerca.

Nota del editor: Jonathán Torres es periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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