Hay una multitud de asuntos en fuego. La intervención del presidente y de otros actores rompiendo la equidad de la competencia política. La presión del crimen organizado mediante actos de violencia en contra de candidatos. La falta de propuestas sobre cómo salir de la pandemia y reactivar la economía, cómo restablecer el sistema de seguridad, cómo atajar de una vez por todas la corrupción e impunidad. Estamos más enfrascados en el debate de la propaganda y la polarización.
De acuerdo con encuestólogos y analistas políticos, varias serán las notas del primer domingo de junio, entre las que destacarán una baja en los niveles de votación de Morena, el partido del presidente, así como la “recuperación” del PRI y del PAN, el surgimiento de Movimiento Ciudadano como la cuarta fuerza política del país, el deterioro del PRD y el fin de la fiesta para los partidos que forman parte de la chiquillada.
Vamos por partes:
La suerte del presidente. Nadie, hoy, puede proyectar la configuración del próximo Congreso. Para hacerlo, sería necesario levantar 300 encuestas, una por cada distrito electoral federal, y eso implica mucho dinero. El consenso pronostica un golpe para el presidente y su partido, aunque Morena se mantendrá como la primera minoría.
La (mala) influencia de los gobernadores. Esta elección tendrá una lógica local y el debate nacional no incidirá necesariamente. En la batalla por las gubernaturas, los electores determinarán su voto en función del desempeño de las fuerzas locales. En otras palabras, eventualmente el voto de castigo no será para Andrés Manuel López Obrador, sino para los gobernadores hoy en funciones.
Las ganancias del movimiento anti-AMLO. La Alianza “Va Por México” (conformada por PRI, PAN y PRD) está vacía de contenido y significado, no se sabe qué representa, salvo a los grupos antilopezobradoristas que se ven reconocidos en esa alianza y su relato más poderoso es que no gane el presidente. Así, lo que esta alianza generará es el “Efecto Popote”, es decir, que el partido dominante en cada entidad reciba más votos que los otros dos. Dicho fenómeno favorecerá al PRI y al PAN, el PRD podría estar en serios problemas.
El ‘regreso’ del PRI. En 2018, el PRI obtuvo 7 diputados uninomimales de 300. Es un hecho que en esta elección tendrá más triunfos uninominales y así, sumando a los diputados plurinominales, tendrá una mayor presencia en la Cámara de Diputados.
El momentum de Movimiento Ciudadano. Su estrategia ha sido captar a personajes con cierto reconocimiento popular. Según los momios, puede ganar en Nuevo León, Campeche y Jalisco. Si se girara la perinola del 6 de junio, podría decir que todos pierden, menos Movimiento Ciudadano.