Pero los estrategas políticos de Clinton se dieron cuenta de que lo que más le importaba a la gente era su situación económica, y acuñaron una frase que se consideró por una gran mayoría como agresiva y de mal gusto “It´s the economy, stupid” (es la economía, estúpido). Negaron rotundamente que se refirieran al presidente Bush, pero la frase se volvió famosa, se posicionó en el centro de las campañas y aun hoy es reconocida.
Supieron cómo recoger el sentir de los votantes y fue clave en la victoria de Bill Clinton.
Aquí podría aplicar algo similar: ¡Es el servicio…!" (no quiero ofender a nadie, solo usar el impacto de la frase ganadora, pero enfocada al servicio).
En los años 80´s, la empresa Xerox decidió enfocarse de forma vital en lograr el mejor servicio al cliente. Ellos sabían que sus productos eran de los mejores en el mercado, pero que una venta se cierra más por el servicio que por el producto en sí mismo; diseñaron una visión sobre los clientes: “Un cliente satisfecho, tal vez nos recomiende con 10 o 15 posibles clientes, pero un cliente molesto seguramente se quejará de nuestra empresa con 70 u 80 personas, que dejarán de vernos como opción de negocio”.
Aún hoy la premisa es válida.
Día a día, cada empresa busca estrategias para competir con las demás empresas y es fácil distraernos en el producto.
Steve Jobs decía a su equipo de trabajo que, hay que estar tan cerca del cliente, que le ofrezcamos soluciones a lo quen ecesitan, incluso antes de que sepan que lo necesitan.
Yo creo firmemente en esta visión, en la de servir a los demás, en poder desinteresadamente apoyar a otras personas, en la solidaridad del ser humano.
Y en las empresas debemos ver como clientes no solo a quienes adquieren nuestros productos o servicios, debemos iniciar por nuestros compañeros de trabajo, que son nuestros “clientes” dentro de la empresa.