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¿Cómo lograr la innovación a contracorriente dentro de una organización?

Al interactuar con otros, los innovadores deben tener en cuenta que las mismas características que hacen que su solución sea distintiva, también la hacen divisiva, opina Víctor Moctezuma.
mié 29 septiembre 2021 11:58 PM
innovación tecnológica - innovación - tecnología
Tan complejo es decidirse a crear como lo es entender la complejidad en la que habrá de desenvolverse el proceso de innovación, apunta Víctor Moctezuma.

(Expansión) - Generar un diferenciador, desarrollar un concepto desde una posición que lo haga original o encontrar el ensamble de recursos que creen una solución única, demandan planeación, análisis y, sobre todo, tiempo y paciencia. Ambos son los recursos más escasos en el mundo de los negocios, en el que todos demandan inmediatez, resultados y experiencia.

Hay poca tolerancia a probar y menos aún a experimentar desde el fallo. Se busca adoptar esa cultura que principalmente proviene de Estados Unidos, pero al mismo tiempo se pide concretar, ahorrar en gastos y generar certezas. Los que proponen y crean no la tienen tan fácil como los excepcionales casos de éxito parecieran demostrar.

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Innovar tiene mucho mérito y quizá el más importante es el que se consigue al sobrepasar lo establecido, replantear los “cómos” y “para qués” y mantener un 50% de visión en transformar y el otro restante en adaptar, concentrar y aliar.

Para que las ideas sobrevivan y anticipen contingencias, se necesita preguntarse: ¿Qué tensiones históricas puedo encontrar? ¿Qué desconocidos debo tener en cuenta? ¿De quién será el apoyo esencial y cómo puedo convencerlos? ¿Qué "idioma" hablan las personas en esa organización o sector y que necesitaré para entendernos?

Tan complejo es decidirse a crear como lo es entender la complejidad en la que habrá de desenvolverse el proceso de innovación. Las ideas pueden terminar manipuladas por el desdén de quienes no las comprenden o quienes las interpretan como si fuesen una amenaza, es decir, que los productos e ideas revolucionarios pueden ser fácilmente obstaculizados por fuerzas externas.

Pero para los innovadores, lo que a menudo resulta ser el mayor bloqueo es la resistencia interna de la misma organización que se beneficiará. Soluciones con potencial de transformar no pasan la prueba del análisis y la paciencia porque no se ajustan a las líneas de negocio o al modelo de negocio vigente.

Desde ahí que el análisis y la experimentación sean tan necesarios y socavados al mismo tiempo, porque el innovador no genera análisis y contexto con datos para sostener su visión, y sobrestima el valor de la solución y subestima la necesidad de aceptación.

El mismo caso sucede en las organizaciones, en las que este efecto se amplifica por la ceguera producida entre los límites de responsabilidades entre cada área. Los innovadores a menudo no dimensionan el esfuerzo que se requiere para movilizar aliados y crear una demostración práctica del ganar-ganar para balancear responsabilidades y logros compartidos.

Conocer la existencia de estas posibles fricciones ayuda a identificar las fuerzas, internas y externas, que podrían ayudar a los innovadores a amplificar el efecto deseado de la innovación. El grado de resistencia aumenta cada vez que una solución propuesta enfrenta las normas establecidas o las reglas no escritas.

Kodak tuvo por años las patentes y tecnología para comercializar fotografía digital pero su modelo estaba basado en vender rollos y procesos de revelado y la migración a otro modelo de negocio basado en la utilización de estas patentes y tecnología destruía su base de conocimiento monetizable. Cambiar era contra natura de quienes habían creado ese negocio.

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Antes de presentar alguna solución innovadora a potenciales interlocutores cabe preguntarse: ¿Cómo chocará mi solución con los procesos actuales, con el orden establecido de este sistema de trabajo, organización, sector o profesión? ¿Dónde están los puntos de fricción?

Siempre es importante considerar cómo la solución podría alterar el pensamiento, las relaciones o las prácticas establecidas, dentro de un sector o hacia una organización o dentro del ecosistema de la industria, en términos políticos, regulatorios, económicos, estructurales, sociales, de hábitos de consumo o tecnológicos.

De esta manera, superar las fuerzas que se oponen a la innovación puede condicionar parte de la idea, de los recursos y generar compromisos que al inicio no se aprecien, pero que sean necesarios. Hacer que la idea pase a concepto debe ser el objetivo a impulsar, identificando las fuerzas y los aliados que pueden ayudar a generar tracción, identificando formas originales de establecer relaciones y garantizando así que todos se beneficien.

Al interactuar con otros, los innovadores deben tener en cuenta que las mismas características que hacen que su solución sea distintiva, también la hacen divisiva. Para disminuir las fricciones, se deben crear formas de enmarcar la visión de la solución en el contexto que se vive, de una manera que no desencadene reacciones entre quienes han tenido el conocimiento y el control del orden establecido.

Para ser agente de cambio, se tienen que construir puentes. Trabajar con mucho cuidado los mensajes y las formas, así como las acciones a tejer entre los posibles obstáculos. Se necesita mucha mano izquierda para ser un rebelde con causa.

Nota del editor: Víctor Moctezuma es Fundador y CEO de iLab. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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