Transitar desde la duda hasta el descubrimiento es más rápido si las ideas se conectan con diversos temas, preferentemente lo más alejados entre sí, porque el ángulo de novedad conduce a encontrar variables que ayudan a replantear la idea en sí.
Los equipos de innovación están acostumbrados a trabajar múltiples escenarios a la vez, en los que ponen en la balanza los problemas desde diversas perspectivas, por ejemplo, cuál es el enfoque desde el consumidor menos frecuente; cuál el de la competencia directa o cómo se define el tema desde otra industria o desde otro segmento. En cada escenario se crean aprendizajes que se aplicarían en la definición principal que conduce a la innovación.
Esto también permite considerar una serie de recursos relacionados con la perspectiva que se estudia, ya que la idea es confrontada, compartida, segmentada, reformulada y escalada. Además, este ejercicio activa colaboraciones que vinculan otras áreas, rompe ese aislamiento en el que suelen sumirse las distintas áreas de las organizaciones, así como también permite y establece colaboración con agentes externos que aceleran potencialmente el desarrollo.
Descentralizar la articulación de la idea
Diseñar y hacer la innovación algo rentable es un proceso de descubrimiento, técnica y transformación y esas tres cosas casi nunca suceden en el mismo lugar al mismo tiempo. Se necesita activar un ecosistema de recursos externos. Con una economía conectada, la forma de transformar una idea en una innovación viable consiste en apalancar con otros intercambios que no están ni estarán dentro de los límites de la organización.
Hoy en día es accesible algunas relaciones creativas y productivas en las que los recursos están abiertos (como el software libre), los activos son compartidos (como en las plataformas de servicio) y las colaboraciones remotas y deslocalizadas, como es el caso de redes de talento, así que es importante aprovecharlas para innovar.
Las organizaciones necesitan hacer todo lo posible para formar ecosistemas de colaboración entre ellas, porque las oportunidades están ahí, en la creación de alianzas entre empresas que no están dentro de la misma industria, ni tienen la misma dimensión en recursos.
La estrategia deberá ser la de apalancarse desde otros y, en conjunto, crear un mercado; la de hacer alianzas para escalar, en las que lo más eficiente sea complementarse entre los miembros, desde la tecnología, la ejecución, la plataforma o la comunicación.