Lo que quizá no se ha dimensionado es que la estrategia fomenta el comportamiento emprendedor al identificar los límites dentro de los cuales la innovación y la experimentación pueden tener lugar.
En las empresas se pide que los colaboradores tengan visión y se reten a sí mismos para diseñar pensando en el futuro y proponer con creatividad, pero lo que no se aprecia es que se hace en el marco de una inercia corporativa inflexible en la que no es posible pensar fuera de la caja, lo que descarrila los esfuerzos que puedan concluir en innovación.
En estos procesos sería útil establecer el principio de pivote como fórmula base de conceptos, pero esto es forzar a que embonen dos piezas: ideas nuevas encaminadas a innovar y organización tradicional. La necesidade de innovación con los recursos disponibles que permitan llevarla a cabo y medirla con métricas de desempeño.
De esta manera se explotan oportunidades que permitan alcanzar el objetivo en un menor plazo, con menos recursos y con mayores posibilidades de crear un nuevo negocio rentable que incluso definir las variables que cambiarían la actividad original de la empresa.
Un emprendedor está buscando cómo crear sabiendo que no tiene los recursos, pero ha investigado y experimentado y con ello puede entender la dimensión de la oportunidad, mientras que una empresa estructurada puede tener los recursos, pero están enfocados en lograr una rentabilidad en el presente, ya que tienen a los talentos enfocados en ese presente con poco margen para explorar el futuro.
En este sentido, un plan estratégico es sumamente útil porque marca qué no hacer y plantea un modelo ágil que tiene un rango de opción en el que el experimento determina cómo cambiar el enfoque de todo el negocio.
El talento y su tiempo es limitado y los recursos económicos son, de igual manera, escasos. Se puede jugar con riesgo y con algo de descaro, pero aún con ello hay límites. Los experimentos van a consumir tiempo de trabajo, energía del talento y dinero.
Lo que es necesario para utilizar de la manera más eficiente los recursos –tanto humanos como materiales– con los que se cuenta es saber qué no hacer, qué es aquello que obstaculizaría llegar al destino elegido y cómo, creativamente, aplicar los recursos escasos en esfuerzos que se consoliden y que prueben que se avanza en esta dirección.