Esto no es solo teórico o hipotético. Los datos muestran que la economía digital ha estado creciendo constantemente más rápido que la economía tradicional durante varios años. La pandemia de COVID-19 ha acelerado enormemente esta transición digital. Para muchas pequeñas y medianas empresas se convirtió en “digitalízate o desaparece”.
Uno de los mejores estudios hasta la fecha, realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, también demuestra empíricamente la importancia de incrementar el acceso de banda ancha móvil y fija a ciudadanos y empresas. La UIT encontró que un aumento del 10% en la penetración de la banda ancha móvil en un país condujo a un aumento permanente del PIB del 1.5% entre 2007 y 2019. El impacto fue aún más pronunciado para los países en desarrollo.
En el informe Intelligent World 2030 vemos que las conexiones globales superarán los 200,000 millones; los datos mensuales por usuario celular crecerán 40 veces hasta 600 gigabytes; el volumen de computación general en todo el mundo se multiplicará por 10 y los datos generados aumentarán 23 veces, alcanzando un yottabyte (YB es una unidad de medida para las computadoras del futuro y contiene 1,000 zettabytes o 1024 bytes) por primera vez. Todo esto muestra nuevos desafíos y oportunidades para el sector de la infraestructura digital para la próxima década.
En un estudio de Boston Consulting Group recientemente realizado en más de 20 países se observan 9 desafíos comunes en el desarrollo de la economía digital (especialmente en países en desarrollo) incluyendo: infraestructura digital, adopción en pymes, talento, financiamiento, regulación, entorno de innovación, gobierno electrónico, planificación estratégica y organización gubernamental, destacando que los tres retos más comúnmente vistos entre los países estudiados son:
- Infraestructura: limitada en términos de cobertura, rendimiento o asequibilidad de la banda ancha fija o móvil.
- Y adopción de pymes: soporte insuficiente para impulsar la adopción empresarial.
- Pero el talento sigue siendo el obstáculo más común: falta de talentos locales altamente productivos con habilidades digitales avanzadas debido a un impulso insuficiente en la actualización tecnológica, una reforma educativa o los incentivos para retener talentos.
Para cualquier gobierno que esté limitado por los recursos y otras prioridades en competencia, se sugiere que centrarse primero en estas tres áreas puede ser de gran ayuda para impulsar una innovación.
La capacidad de innovación digital está relacionada exponencialmente con el poder económico general de un país. Una vez que la fortaleza económica se ha elevado a un cierto nivel, el desempeño de la innovación también forma una barrera respecto de la brecha con los rezagados; cada país debe compararse con países similares para identificar metas realistas.
Por tanto, el argumento a favor de una recuperación económica impulsada digitalmente es convincente. Y creo que el gobierno tiene un papel más importante que desempeñar que en las revoluciones económicas anteriores, para ayudar a respaldar y dar forma al viaje digital, donde los rendimientos sociales serán muy superiores a los rendimientos privados.