De esa manera, las personas que viviendo en la frontera del lado mexicano cruzaban diariamente a cargar gasolina o a comprar en Estados Unidos desde México antes del cierre dejaron de hacerlo, con importantes afectaciones a la economía de las ciudades fronterizas, sobre todo del lado de Estados Unidos, país que cerró sus fronteras. Los estadounidenses siempre pudieron entrar a México, por lo que los comercios y negocios del lado mexicano no sufrieron mayores afectaciones que las propias de los confinamientos y menor afluencia de clientes.
Con estas restricciones de ingreso a Estados Unidos vino también la reasignación de personal y actividades fronterizas del lado americano, pues al haber menos cruces por lo puertos de entrada, también disminuyó la cantidad de personal adscrito a éstos. A la par, el aumento de los incidentes registrados por la agencia de Aduanas y Fronteras (CBP, en inglés) en lugares distintos a los puntos de entrada se duplicó en 2021 respecto a las cifras observadas en 2020, por lo que la actividad de CBP y de la Patrulla Fronteriza se centró en la atención de personas migrantes indocumentadas, detenidas en tránsito, con un importante incremento de niños y niñas migrantes no acompañadas.
La reasignación de labores del personal desplegado en la frontera con México, derivado del incremento en la cantidad de personas migrantes que buscan internarse sin documentos a Estados Unidos, pero también del menor cruce de personas en los puntos de ingreso formales, han derivado en un reto para la reapertura de la frontera a partir de noviembre de 2021 .
El reto radica, por un lado, en regresar a los agentes de CBP y de la Patrulla Fronteriza a los puntos de ingreso formal a Estados Unidos, a un esquema similar al que había antes de la pandemia. Será una tarea complicada, por decir lo menos, porque los flujos de migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos sin documentos seguirá aumentando, azuzados por la crisis económica mundial post pandemia, que afecta más a los países de menores niveles de desarrollo, que son además quienes hasta ahora tienen la menor tasa de vacunación.
Pero por otro lado, la inmigración indocumentada hacia Estados Unidos en las últimas décadas ha evolucionado, dejando de ser mayoritariamente de hombres adultos viajando solos, y ahora son muchos menores migrantes no acompañados, así como familias completas quienes acaban bajo custodia de CBP, tal como lo revelan los datos y lo enfatizaron los mandos retirados de CBP en su carta de marzo 2021, en la cual solicitaban al Congreso estadounidense una revisión integral del presupuesto que anualmente se asigna a la agencia.
Es decir, la demanda para CBP y la Patrulla Fronteriza se ha multiplicado en distintas ubicaciones y modalidades, lo que reasignar funcionarios a los puntos formales de cruce podría no ser una prioridad en la agenda migratoria de Estados Unidos en estos momentos.
Pero ¿qué pasaría si simplemente no se reinstalan las capacidades de registro e ingreso a Estados Unidos en la frontera con México?