Uno de los sectores en donde la necesidad de transformación es más evidente es la industria de plásticos y desechables. Su alto uso y, sobre todo, su gran visibilidad lo convierten en un blanco para lograr una transformación profunda. Su conveniencia a lo largo de los años ha sido fundamental, tanto para temas de higiene, portabilidad, como la misma comercialización, pero esto se ha acompañado de su desecho tras solo un uso.
Lograr la transformación requiere de la suma de diversas voluntades, es necesaria la participación del sector público, privado y la ciudadanía para implementar soluciones sistemáticas que atiendan toda la cadena, desde la extracción, diseño y producción, al uso, reuso, disposición, reciclaje y su reincorporación a la economía. En caso de seguir con una tendencia de consumo infinito, en 2050 habrá más plásticos en los océanos que peces y eso sin considerar el otro tipo de materiales.
La industria ha realizado esfuerzos para su transformación, con productos más amigables con el medio ambiente, como lo son las soluciones de papel, biodegradables, compostables, reciclables, entre otras, así como promover el dar un segundo uso o reciclaje de los productos.
Los esfuerzos emprendidos se verán fortalecidos con la Ley General de Economía Circular (LGEC), la cual se encuentra en discusión en el Congreso y tienen como objetivos principales promover la eficiencia en el uso de los productos y subproductos a través de la reutilización, reciclaje, diseño o cualquier criterio de economía circular.
Por su parte, la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), también en discusión, deberá permitir la correcta disposición, colecta y tratamiento de los residuos, así como su reincorporación a la dinámica económica. Al hacerlo, se comenzará a cerrar un círculo virtuoso encaminado a lograr la transformación hacia la nueva economía y, con ello, dar el paso que se requiere para un planeta más sustentable.