Este contexto sin precedentes aceleró la reflexión para entender que, si queremos crecer y consolidar una sociedad más fuerte, equitativa e inclusiva, tenemos que construir economías y modelos de negocio más sostenibles, además de prepararnos para responder asertiva y oportunamente bajo esta visión, aún en circunstancias extraordinarias.
Para alcanzar estos objetivos durante la próxima década, como se tiene previsto, se requiere de compromisos más firmes y de la colaboración intersectorial de forma organizada. En este sentido, las empresas tenemos la enorme oportunidad de asumir un rol de liderazgo para cimentar una economía más sostenible, resiliente y competitiva.
En los últimos años, el sector privado ha ido adaptándose y alineando sus estrategias corporativas y metas de negocio con los ODS; de acuerdo con KPMG , hoy 54% de las empresas en México vincula sus actividades empresariales a estos objetivos.
Los temas Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG) se han convertido en una prioridad para las organizaciones. Información de esta consultora ( KPMG ) reveló que, en 2020, la ética, la transparencia, la equidad y la diversidad fueron una prioridad en temas de gobernanza para 46% de los líderes de negocio en México.
Por otro lado, sobre las perspectivas en 2021, más del 30% consideró que sus empresas gestionan adecuadamente los temas sociales relacionados con su operación y que tienen objetivos claros y medibles para reducir su huella ambiental, en especial en los aspectos vinculados al cambio climático.
A través de la integración de estos principios, las empresas no solo contribuyen de manera importante al cumplimiento de la Agenda 2030, sino también a mitigar riesgos potenciales para su operación y con ello, definir una estrategia de sostenibilidad para garantizar la continuidad del negocio a largo plazo.