Esta economía verde, según la ONU, debe ser una herramienta importante para erradicar la pobreza y se valore a la naturaleza, medio ambiente, equidad social y desarrollo económico.
La lucha contra el cambio climático es una de las grandes batallas que está librando la humanidad en este siglo XXI y gobiernos, empresas, reguladores y sociedad se tienen que adaptar. Este cambio nos va a obligar a tener una economía baja en carbono que va a necesitar importantes inversiones. México no se puede quedar atrás frente a estos cambios que están realizando las principales economías en el mundo con avances tecnológicos que buscan una mayor eficiencia energética y energías renovables.
Las empresas y los gobiernos se deben comprometer a cumplir con los objetivos marcados en el Acuerdo de París para tener una ruta de acciones destinadas a tener una economía circular y reducir drásticamente el uso de carbono en las economías.
Invertir en esta economía verde es una interesante oportunidad porque a nivel mundial el sistema financiero está financiando infraestructuras sociales y agroindustrias sostenibles, así como proyectos de emprendimiento verde. Tener una economía baja en carbono puede tener implicaciones importantes en las cadenas de valor y van a necesitar inversiones importantes para que las industrias se adapten a este cambio.
En Europa tienen claro el viraje hacia una economía más sostenible y destacan el papel clave que tiene el sistema financiero en la adaptación de las políticas públicas para evitar una catástrofe climática. En todo el mundo el sistema financiero está realizando estrategias financieras para reorientar el capital hacia inversiones verdes y sostenibles.
En México hay empresas que se están adaptando al cambio climático y utilizan energías limpias que están contribuyendo a combatir la contaminación. Además, la economía verde está creando empleo gracias a que las empresas lo están viendo como una oportunidad hacia la transición a la economía verde.