(Expansión) - Hace unos días platicaba con algunas amistades sobre la forma casi vertiginosa en la que los precios de varios productos han cambiado. Una no podía creer que el limón en algunos puestos ya alcanzara los 80 pesos por kilo. Otro comentaba que en la plataforma digital en la que realiza compras el pollo llegaba a los 100 pesos ese día, cuando el día anterior se encontraba en 70 pesos. Yo señalaba que, aunque durante las últimas semanas no existieron grandes cambios, el gas LP fue el energético con más incrementos en su precio durante el año pasado.
Precisamente el lunes de esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la información relacionada con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Se elabora a partir del seguimiento de los precios de 299 bienes y servicios genéricos. A partir de estos datos es posible estimar lo que conocemos como inflación anual: el aumento de precios generalizado durante un año. Además, este indicador se divide entre los servicios y productos volátiles (inflación no subyacente) y los no volátiles (inflación subyacente) —esta última es la que el banco central puede incidir por medio de la política monetaria.