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ESG, una nueva frontera para los abogados

Un abogado con perspectiva ESG debe identificar y priorizar los riesgos legales y reputacionales de la empresa en temas de medio ambiente, sociales y de gobierno corporativo, apunta Pablo Jiménez.
mié 02 marzo 2022 12:00 AM
Símbolos ESG
Vemos con frecuencia al oficial de cumplimiento (compliance officer) como la “torre de control” de los esfuerzos transversales en materia de ESG, especialmente en mercados desarrollados como Estados Unidos y algunos países europeos, considera Pablo Jiménez.

(Expansión) - La gestión empresarial con perspectiva ASG (Ambiental, Social y Gobierno Corporativo o ESG, por sus siglas en inglés) es una herramienta que genera valor a partir de un manejo estratégico de los riesgos relevantes en cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo, así como de la identificación de oportunidades en estos rubros.

Entre los beneficios de adoptar una perspectiva ESG están el incremento en la valuación del negocio, el acceso al capital y mejores condiciones de financiamiento, la gestión adecuada de riesgos materiales, la capacidad para atraer y retener talento, el posicionamiento favorable con los grupos de interés (stakeholders) y el desarrollo de una cultura de cumplimiento integral.

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Dada la amplitud de las materias que comprende ESG (ej. cambio climático y uso de recursos naturales; diversidad, equidad e inclusión; protección de derechos humanos por las empresas; transparencia y combate a la corrupción, etc.), los esfuerzos e iniciativas deben estar distribuidos entre las distintas áreas o funciones de una empresa. De hecho, para ser exitoso, un enfoque ESG debe ser multidisciplinario y transversal.

Esta exigencia presenta una cuestión: ¿quién debe ser el ‘dueño’ de ESG en una empresa? Como responsable de la supervisión de los riesgos materiales, el consejo de administración es el responsable último del proceso ESG y frecuentemente cumple con este deber a través de comités. El consejo y sus comités se basan en información proporcionada por múltiples fuentes internas y externas, cuyos esfuerzos deben ser coordinados e integrados por un líder ESG.

La siguiente pregunta es: ¿qué área o función corporativa debe coordinar e integrar estos esfuerzos? En realidad no existe una respuesta única. La decisión depende de varios factores, tales como como el sector y la industria de la empresa, su modelo y filosofía de negocio, la región en la que opera, el tipo de riesgos a los que está expuesta, entre otras.

En los últimos años, ha sido común que la función de sustentabilidad ambiental asuma la responsabilidad de coordinar e integrar los esfuerzos en materia de ESG. También existen casos en los que el área de comunicación, la de asuntos corporativos, o la de legal y de cumplimiento asumen esta responsabilidad. Nuestra investigación refleja que más de la mitad de las ‘multilatinas’ confían la coordinación de los esfuerzos ESG a su equipo de sustentabilidad ambiental.

No obstante, debido a la creciente atención en el elemento “G” de ESG y sus implicaciones (ej. regulación y obligaciones de divulgación; investigaciones y litigios por greenwashing; exigencias de inversionistas, fondos y bancos), vemos con mayor frecuencia al oficial de cumplimiento (compliance officer) como la “torre de control” de los esfuerzos transversales en materia de ESG, especialmente en mercados desarrollados como Estados Unidos y algunos países europeos.

En cualquier caso, el equipo legal y de cumplimiento desempeña un papel fundamental pues un gobierno corporativo sólido es la piedra angular de cualquier programa ESG. Los abogados internos encargados de compliance trabajan con políticas, procedimientos, sistemas de captura de información y reporteo. Son gestores de riesgos por definición y actúan de manera transversal.

Un abogado con perspectiva ESG debe identificar y priorizar los riesgos legales y reputacionales de la empresa en temas de medio ambiente, sociales y de gobierno corporativo. Debe hacerlo no solo bajo la legislación vigente, sino también a partir de la identificación de movimientos y tendencias con perspectiva de mediano y largo plazo y ser capaz de presentar esta información a la dirección general y al consejo de administración de manera ejecutiva.

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El abogado debe vigilar el cumplimiento de los compromisos asumidos en materia de ESG y asesorar sobre la divulgación de información al respecto, para prevenir riesgos de greenwashing. Se espera que aconseje no solo en el curso ordinario de negocios (ej. operación diaria, selección de proveedores, etc.), sino también en el contexto de alianzas estratégicas, fusiones y adquisiciones, y operaciones de financiamiento.

De igual manera, debe coordinar investigaciones internas, así como atender los requerimientos de autoridades por posibles incumplimientos en cuestiones de ESG. Además, es responsable de dirigir y supervisar litigios relacionados con estos temas.

Por lo anterior, ESG representa una oportunidad valiosa para los abogados, tanto internos como externos, para utilizar nuestras habilidades y ponerlas al servicio de un sistema de gestión estratégica de alto impacto para el negocio.

ESG es una disciplina en construcción y, por lo tanto, requiere disposición y agilidad para aprender y adaptar nuestra práctica con nuevas habilidades y conocimientos. Nunca ha sido fácil salir de la zona de confort, pero es allí donde está el crecimiento.

Nota del editor: Pablo Jiménez Zorrilla es socio de Von Wobeser y Sierra, S.C. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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