En la conversación me dijo algo muy importante: “Estoy disfrutando de mi vida”. ¿No se supone que ese debería ser el objetivo de todas las personas? Pensando después desde la perspectiva de especialista en Recursos Humanos, el siguiente pensamiento que me llegó fue ¿cómo estamos ayudando las empresas a que nuestros colaboradores sean felices?
Pandemia y la nueva configuración de prioridades
Las conversaciones de los últimos meses parecen un poco redundantes en cómo la pandemia ha venido a cambiar nuestras vidas. No es para menos, de un momento a otro nuestra escala de prioridades se vio transformada y los seres humanos comenzamos a valorar otras cosas a las que antes no dábamos tanto peso, como la salud y la libertad de movilidad.
En la empresa donde trabajo no existía una política de home office antes de la pandemia, como sucedía en muchas otras compañías del mundo. Desde la gestión del capital humano tuvimos que movernos rápidamente para que las empresas pudieran dar continuidad al negocio mientras cuidábamos a las personas en todos los sentidos.
Desafíos importantes se plantearon en ese momento en temas de liderazgo, responsabilidades y ejecución y, por supuesto, el impacto en la salud mental de los empleados.
Fue el momento entonces de encontrar nuevas formas que se adaptaran a una nueva realidad laboral. Iniciar con el home office para proteger la salud de todos y contratar a una empresa especialista para ofrecer sesiones de terapia gratuita, para empleados y sus familias, fueron las primeras acciones para poder seguir adelante como compañía.
Un trabajo sin fronteras
Conscientes o no de ello, nuestros pasos nos guiaron a poner la salud y el bienestar por encima de otros valores, el primer paso natural del cuidado de las personas, pero las nuevas necesidades y una pandemia más larga de lo esperada pondría otros temas sobre la mesa.
La digitalización se convirtió en parte integral de nuestra vida y con ello nuestros comportamientos cambiaron. Adquirimos una curiosa dualidad entre seres digitales, conectados todo el tiempo, pero con ese gusto por disfrutar detalles de la vida en presencial, desde el lugar donde nos encontremos, que fuimos descubriendo en estos meses.
Para quienes nos desarrollamos en Recursos Humanos entender esa dualidad fue fundamental para crear planes y programas enfocados a mantener empleados felices. Como empresa nativa digital entiendo que el proceso de convertirnos en una anywhere office fuera un tanto más sencillo que para otras empresas, pero aún así, romper el mindset de tener a las personas en un lugar físico es difícil, sobre todo cuando durante décadas fue el modelo que ha funcionado; pero sí se puede.
Las claves del
anywhere office
Si bien algunas compañías ya llevaban a cabo esta práctica incluso antes de la pandemia, actualmente es una tendencia que se ha visto favorecida por varias empresas alrededor del mundo.
Actualmente la empresa donde laboro es anywhere office, los colaboradores tienen la oportunidad de trabajar desde cualquier parte desde donde puedan conectarse, y parte del éxito de este modelo desde nuestra experiencia ha tenido estas características:
1. Trabajo por objetivos. Empezar a fijarnos en el alto performance, más allá del micromanagement.
2. Indicadores de productividad. Es muy importante definir cómo vamos evaluar el trabajo, en ese sentido existen muchas herramientas digitales que pueden ayudarnos.
3. Organización. Es una habilidad personal, pero como empresa podemos encontrar mecanismos de capacitación para ayudar a tener empleados mejor organizados.