Por eso es tan importante ser la punta de lanza de una industria. Porque si eres uno más del montón, al final del día terminas siendo uno menos para los clientes. Si un empresario quiere que su compañía crezca, se desarrolle y se consolide, no le queda de otra más que hacer todo lo posible para destacar de entre las millones de opciones de productos y servicios que existen en el mercado.
Para decirlo rápido: para que una empresa aventaje debe ser ella quien le marque el paso evolutivo a las demás.
Las tres Ps
En medio de un diagnóstico empresarial que puede sonar desolador, la buena noticia es que es relativamente fácil poder destacar. Se requiere de algo que es fundamental para el gen emprendedor y que está al alcance de cualquier persona que así lo desea: la búsqueda de la felicidad. Aquella que impulsa todo lo que toca y que lo lleva a niveles insospechados y que puede ser alcanzable a partir de tres Ps básicas: placer, pasión y propósito.
La suma de estas tres da como resultado el superpoder. Placer: es lo que nos gusta hacer. Pasión: para lo que somos buenos Propósito: lo que el mundo necesita. Cuando un empresario descubre su superpoder no sólo va a tener éxito, sino que será feliz haciendo lo que más ama.
Fuera de la zona de confort
Enfrentarse a los vaivenes de los mercados actuales puede generar miedo y ansiedad. Eso lleva a que muchos empresarios se queden en su zona de confort, incluso a expensas del crecimiento de sus compañías. Es común pensar en los aspectos negativos del cambio, pero quedarse estancado es aún peor porque implica quedar varados en un mercado que han dejado de entender y en el que, por lo mismo, quedan condenados al olvido y la intrascendencia.
Es necesario sacudirse ese miedo. Salir de la zona de confort y aventarse a proponer productos y servicios novedosos que estén a la altura de las exigencias de los consumidores del siglo XXI. La tecnología de punta y los recursos humanos son clave, pero lo más importante es tener placer, pasión y propósito. Para no sólo dejar de ser uno más, sino más bien convertirse en el único.