Esto es especialmente notorio en el sector fintech. No es fortuito que las startups de esta industria encabecen la mayoría de las listas de unicornios y soonicorns. En México y América Latina el número de empresas de este tipo crece a doble dígito y día a día ganan participaciones importantes en el mercado financiero de la región.
El gran salto
El paso hacia la transformación de un unicornio comienza con una gran idea. Se trata de empresas que ven una oportunidad en un mercado atomizado, de baja profesionalización o que ha olvidado sistemáticamente a poblaciones para atender necesidades de usuarios específicos. Las fintech se han posicionado en México y América Latina tan exitosamente porque han logrado cumplir estos tres aspectos.
Pero en la medida que algunas empresas se establecen como soonicorns, deben tomar en consideración que es necesario planear adecuadamente para consolidar esos crecimientos y desarrollos. Salir a Bolsa o levantar capital de riesgo implica una disciplina administrativa que muy pocos están dispuestos a implementar. Por ello, no es de sorprender que estas compañías son las que terminan por marcar los ritmos y tendencias de la industria fintech en su conjunto.
Los unicornios probaron antes su modelo de negocio y captaron pedazos importantes de un mercado. En ese sentido, los soonicorns deben mostrar tesón constante para alcanzarlos. Desarrollar sus productos a un grado de perfección tal que parezcan infalibles. Además, ofrecer certeza y certidumbre a futuros inversionistas mediante su posicionamiento en un sector fintech cada vez más competido. No es una tarea fácil.
El fantasma de la recesión
Los scoonicorns (aún sin la anhelada valuación) tienen un gran peso encima: ver materializado su sueño de entrar al club de empresas mitológicas. Pero parece ser que el camino es cada vez más complejo. Por un lado, la competencia es alta y por otro, la inflación mundial ha traído en diversos mercados rumores y un temor de recesión.
Esto ha hecho que muchos fondos de capital de riesgo se vuelvan más selectivos en sus futuras apuestas, lo cual podría reducir las posibilidades de los soonicorns de alcanzar la categoría de unicornio. No las elimina, pero sí las hace más complejas. Ante ello, estas compañías requieren de herramientas tecnológicas y estrategias novedosas para consolidar su crecimiento y ganar la confianza de futuros inversionistas.