Las startups están más interesadas en demostrar su capacidad de crecimiento potencial para llamar la atención de inversionistas, fondos de capital riesgo y en última instancia, de grandes empresas que puedan comprarlas en parte o en su totalidad; suelen preocuparse por el desarrollo de lo que considera que es un gran producto, capaz de llegar a amplias audiencias, incluso a costa de no poderlo monetizar.
De acuerdo con Steve Blank, emprendedor en serie y profesor leyenda de Silicon Valley, una startup es un “organización temporal diseñada para buscar un modelo de negocio repetible y escalable". El creador de una startup no busca únicamente ser su propio jefe, sino que desde el primer día busca que su negocio se convierta en una gran compañía disruptiva. Por su parte, la pequeña o mediana empresa es definida por la Administración de Pequeñas Empresas de los Estados Unidos (SBA) como una organización "de propiedad y operación independientes, organizada con fines de lucro y no dominante en su campo".
Ambas tienen notables diferencias en la parte de financiamiento. Una pequeña empresa puede financiarse con ahorros, un préstamo bancario o de familiares o amigos; cerca del 33% de las pequeñas empresas comienzan con menos de 5,000 dólares de financiamiento. Las startups requieren de mayores cantidades; pueden financiarse a través de inversores ángeles o empresas de capital riesgo que al final obtendrán una parte de la empresa -generalmente equivalente al 5 – 10%- a cambio de su dinero.
Pero una de las más notables diferencias entre una startup y una pequeña empresa se relaciona con el tipo de crecimiento y los objetivos de ingreso que tienen unas y otras. Una pequeña empresa busca ser rentable de inmediato e intentará crecer a lo largo de los años, pero por su modelo de negocio siempre será pequeña.
Las startups son un modelo de negocio para el que no hay restricciones ni limitaciones en cuanto al crecimiento. No buscan una porción de mercado, sino obtener toda la cuota de mercado que puedan con el producto o servicio que ofrecen. Por lo general, cuando logran colocar con éxito un producto o servicios, a largo plazo pueden obtener millones de dólares en ingresos.
Por lo general el modelo de negocio de las startups es escalable, se expanden rápidamente debido a que sus soluciones se ofrecen por medio tecnológicos y por tanto llegan a una gran base de clientes, crean oportunidades de innovación, y reclutan a personas con habilidades valiosas, con experiencia en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
Los emprendedores tecnológicos piensan a lo grande y están decididos a ver crecer sus ideas; se centran en la creación de prototipos y en el desarrollo. En términos de Joseph Schumpeter, experto en la innovación y su impacto en los ciclos económicos, las startups son creativamente disruptivas; sacuden al mundo de los negocios mediante servicios innovadores y nuevos modelos de negocio.