Profundizando en la cantidad de casos por sectores víctimas de fraude, destacan el de Bienes raíces, Comercio al mayoreo, Transporte y almacenamiento, Construcción y Servicios públicos como los que más impacto negativo tienen en este sentido.
Tal vez influenciados por las tramas de películas, series de televisión y también por las noticias que podemos ver en diversos espacios de comunicación, comúnmente visualizamos que el perpetrador de este tipo de delito es un hombre, en una posición media en el organigrama de la organización, que generalmente las mujeres no están involucradas o que el ejecutor del fraude ya contaba con antecedentes criminales, entre otras cosas. Al respecto, hay muchos, llamémoslos prejuicios de los cuales hay que hablar.
De las mujeres hay bastante qué decir. Sabemos que las mujeres también tienen, aunque no mayoritario, una participación alta en este tipo de delito, ya que de acuerdo con los datos presentados por ACFE, más de un cuarto de los fraudes laborales a nivel internacional son realizados por mujeres, mismo dato para la región latinoamericana.
Un mayor grado escolar no es garantía de inocencia. Por otro lado, un mayor nivel educativo en los colaboradores también representa un porcentaje alto de que se cometa este delito, ya que se estima que casi el 50% de los casos de fraude laboral lo ejecutan directivos o colaboradores que tienen, por lo menos, título universitario.
No todos los perpetradores son reincidentes. Contrario al prejuicio del que comete un delito es porque ya ha realizado otros anteriormente, un dato relevante es que únicamente el 6% de los que ejecutan un fraude laboral ya tenían antecedentes criminales, es decir, el 94% es delincuente primerizo… Y lo sorprendente, normalmente excede los 5 años de antigüedad en la empresa.
Este delito no distingue rango de edad. También con información de ACFE, los fraudes laborales se cometen por colaboradores de edad entre 41-45 años con un 19% y 36-40 años con un 20%. Contrastante es el caso de los mayores de 60 años, que con un 3% son los que realizan este delito, sumado a que, sin importar la posición en el organigrama, entre más tiempo se tiene colaborando en la organización es más probable que se cometa un acto fraudulento y que son los que más pérdidas representan; las canas y experiencia también significan sufrir delitos, tal vez no numerosos, pero sí de un mayor impacto para la empresa.