Sin embargo, los VCs están temerosos porque no están tan claras sus posibilidades de lograr salidas exitosas a través de ofertas públicas iniciales o SPACs, que últimamente han sido muy pocas, así como por la falta de certeza en las valuaciones actuales y futuras de las empresas.
En esta situación, las startups están ante la necesidad de resistir y de fortalecerse. Por ahora están luchando, ajustando sus planes de negocio y creando un plan B para enfrentar el estancamiento o un crecimiento limitado. Sus empleados están sufriendo por sus posibles recortes o por el congelamiento de sus salarios. Todos esos mercados gigantes que iban a atacar tendrán que esperar por ahora. Como el efectivo está limitado, lo único que les preocupa es su runway (el tiempo de vida que tiene la empresa en función de su caja) y la reducción de su cash burn (lo que mensualmente “quema” construyendo su negocio).
En este contexto, tanto las compañías líderes como aquellas que están en una situación complicada necesitan pensar detenidamente en las oportunidades que brindan las fusiones y adquisiciones como una herramienta de fortalecimiento de cara al futuro.
Las startups líderes tienen una gama de oportunidades frente a ellas: hermosas startups con una oferta de productos complementarios, bases de usuarios adicionales y/o buenos equipos de gestión que pueden ser adquiridos o fusionados a la compañía principal a valuaciones razonables, creando valor para el adquirente y el adquirido (así como para sus inversionistas).
Esos titanes reforzados con equipos directivos aún más fuertes navegarán estos tiempos y emergerán mucho más poderosos en próximos años, cuando todo el dry powder del que hablamos esté dispuesto a aterrizar en su caja.
En lo que se refiere a las compañías que no están bien fondeadas, quizá sea tiempo para capitalizar todo el valor que han creado hasta ahora. Tal vez sea el momento de buscar a su “príncipe azul” corporativo que pueda adquirirlos, para lograr una estrategia de salida antes de que las cosas empeoren o de que su runway llegue a cero.
Otra opción interesante posiblemente será asociarse con las startups que cuentan con importantes cantidades de capital y puedan crear algo más grande. Ser parte de un unicornio quizá sea mejor que luchar solo en estos tiempos.
Estados Unidos tiene muchos ejemplos de exitosas combinaciones que han ayudado a crear valor para los inversionistas y el mercado. En América Latina los ejemplos aún son escasos, pero válidos. La reciente fusión de Paystand y Yaydoo es una de ellas y los resultados se verán con el tiempo.
Una transacción que no fue pública por mucho tiempo (debido a restricciones legales) fue la adquisición que hizo Clip de Swap, una app de pagos entre personas que actualmente tiene autorización para operar como Fintech por la CNBV. Al integrar Swap a las filas de Clip, éste no sólo tuvo acceso a un software robusto y una base de usuarios leales, sino que además también integró un gran equipo de gestión y desarrollo que ahora forma parte de este unicornio.
Puedo pensar en algunos sectores en donde startups geniales pueden complementar a otras estupendas compañías y crear una super-compañía. La industria logística es una de ellas. Algunas empresas han creado redes de distribución, otras se han especializado en entregas de última milla y otras han creado software que facilita los envíos. Piensa en el valor que se puede crear al combinar estos negocios.