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¿Qué hacer si la transmisión no funciona?

Podemos tener la certeza que las decisiones que ya se tomaron, desde que iniciaron los incrementos en las tasas de interés, pronto harán mella en los niveles de precios, considera Ángel Huerta.
sáb 22 octubre 2022 12:00 AM
(Hombre cuenta billetes)
Ese tiempo que transcurre entre que se hace el anuncio de política monetaria y sus primeros impactos en la economía real también pueden variar de acuerdo a la solidez de los propios mecanismos de transmisión, apunta Ángel Huerta.

(Expansión) - Respondiendo puntualmente la pregunta que titula esta columna: si se trata de tu carro, llevarlo con el mecánico es lo más recomendable, pero si se trata de la política monetaria, esa solución podría no funcionar.

Es importante primero definir qué son los mecanismos de transmisión de la política monetaria y los podríamos definir como los medios o canales mediante los cuales los cambios en la tasa de interés de referencia repercuten en otras tasas, en el crédito, el ahorro, los precios de los activos, las expectativas de los agentes y, en general, en la economía real, pero sobre todo en la inflación, que es nuestra principal preocupación actualmente.

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Así pues, se esperaría que, con el ciclo de alzas en la tasa de interés de referencia que inició desde mediados de 2021 en la mayoría de los bancos centrales y, con la que buscan enfriar la demanda, también se modere la inflación.

No obstante esto, al menos para el caso de la economía más grande del mundo, la de Estados Unidos, algunos indicadores que miden el estado de la economía aún no exhiben la debilidad e incluso la recesión que esperan los más pesimistas, al contrario, han conservado cierta resiliencia, al tiempo que la inflación sigue siendo persistentemente elevada.

Esos retrasos de las decisiones de política monetaria a la economía real no significa que los mecanismos de transmisión no funcionen, sino que a la economía le toma algo de tiempo asimilar las decisiones de los bancos centrales. Depende de las condiciones de cada economía, pero puede tomar entre tres meses para el caso de los sectores con mayor sensibilidad a las tasas (e. g. vivienda), y hasta ocho meses para el resto de los sectores, aunque siempre existe la posibilidad de que esos retrasos se extiendan por más tiempo.

Ese tiempo que transcurre entre que se hace el anuncio de política monetaria y sus primeros impactos en la economía real también pueden variar de acuerdo a la solidez de los propios mecanismos de transmisión.

Usualmente existen dos principales mecanismos o canales de transmisión los cuales (pecando de simplificación) funcionan de la siguiente manera:

El primero es el que nace con los instrumentos de política monetaria (tasa de interés, compra de activos) y se conecta con las condiciones financieras, que a su vez se enlazan con la holgura económica, que es el último paso antes de llegar a las fuentes de presión inflacionaria (sólo de aquellas sobre las que pueden influir la política monetaria; un ejemplo de las que no, serían los incrementos en la cotización internacional de los energéticos y los agropecuarios).

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El segundo canal es el de las expectativas de los agentes económicos, que consiste básicamente en mantener bajas expectativas de inflación en diferentes intervalos de tiempo, pues las decisiones de consumo e inversión (demanda), y por ende de los niveles de los precios, dependen en gran medida justo de la inflación que prevalezca en el futuro.

Además, si bien estos dos son los canales más comunes, no son los únicos. Existen otros relacionados a la curva de rendimiento, al tipo de cambio, etc., y cualquier choque en los mercados cambiario o de dinero, también podría entorpecer la transmisión y generar más retrasos.

Es cierto que los elevados niveles de inflación que prevalecen nos preocupan a todos, aunque sabiendo todo lo anterior, podemos tener la certeza que las decisiones que ya se tomaron desde que iniciaron los incrementos en las tasas de interés, pronto harán mella en los niveles de precios, y es más, cuando eso pase, nuestras preocupaciones serán otras (spoiler: desaceleración económica, debilidad en el mercado laboral).

Nota del editor: Ángel Huerta es analista económico de Grupo Financiero Bx+. Es economista y aprendiz de matemático. Le gustan los tacos, la música clásica, y las discusiones académicas sobre crecimiento económico y desarrollo social. Tuitea, luego existe en @aiihmonzalvo . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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