Entre los puntos positivos destacan la eliminación de la ‘cláusula de la vida eterna’ (que habría permitido la transferencia de votos de partidos mayoritarios a los minoritarios, con lo que éstos no perderían su registro si no conseguían más del 3% de los votos en una elección), así como las bases del voto electrónico, la prohibición de los monederos electrónicos para comprar el voto, entre otros.
Mientras que entre los puntos negativos se limita económicamente al INE, así como eliminar 300 juntas distritales (responsables de la preparación, organización y celebración de elecciones), de tal forma que se advierte que detrás de ello está la intención de vulnerar la autonomía del Instituto, pero sobre todo erosionar el sistema democrático y el respeto al voto en próximas elecciones.
Así, hoy, México es un fiel reflejo de lo que Anne Applebaum advierte, por lo que debemos aceptar el hecho de que este tipo de rebeliones están latentes en buena parte de las sociedades occidentales. Sin embargo, ante lo que está en juego, es momento de asumir posturas.
Sin duda, una coyuntura política agitada provoca incertidumbre y es un disparador de impactos negativos en la economía y en los negocios. Por ejemplo, a raíz de la crisis política derivada de la asunción y remoción de Pedro Castillo, Perú se sumió en una profunda desconfianza que provocó salida de capitales, la depreciación del sol peruano, especulación y una alta inflación.
En México, el Plan B del presidente de la República está en el ojo del huracán. Hoy, durante su conferencia matutina, Andrés Manuel López Obrador arremeterá contra sus críticos argumentando que hay una conspiración en su contra, al tiempo que a través de una serie de manifestaciones en diversas ciudades del país sus opositores habrán exhortado a los ministros de la Corte a invalidar el plan oficial.
La comunidad empresarial es mayormente silenciosa. En términos generales, se conserva mucho silencio acerca del entorno público. Los empresarios atados a concesiones tienen otro tipo de relacionamiento, pero todos aquellos que no viven de las relaciones con el gobierno (la mayoría) se juegan mucho en esta coyuntura.
¿Qué puede pasar si la Corte no invalida el Plan B? ¿Cuál es el mapa de impactos? ¿En las empresas hay un Plan B, en caso de que se materialice el peor escenario? ¿No hay ningún presupuesto que hoy se altere ante la posibilidad de que la democracia esté en riesgo?
En la narrativa de esta historia ya se han socializado mucho los beneficios que trae consigo la democracia, pero quizá ahora resulte más poderoso hablar de los impactos que se tendrían si se perdiera. Por nuestras costumbres, incluso, podemos pensar en lo que puede ocurrir, pero no creemos que lo vamos a vivir. En la prospectiva ya se tiene el escenario más pesimista y, entonces, si no lo entendemos y tampoco actuamos, no habrá espacio para quejarse después por algo que sabíamos que podía venir pero que no hicimos nada por evitarlo.