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#Entrelíneas | La era dorada de los jefes jóvenes se acerca

El inexorable paso del tiempo está provocando la irrupción de nuevos desafíos en la cultura empresarial, apunta Jonathán Torres.
mar 07 febrero 2023 06:10 AM
#Entrelíneas | La era dorada de los jefes jóvenes se acerca
El papel de los líderes jóvenes será fundamental para no dejar heridos en el cambio generacional del liderazgo. En ciertos casos, el jefe siempre tendrá que tomar la decisión en función incluso de su propia intuición, apunta Jonathán Torres.

(Expansión) - Ya hay un poco de tensión en algunos ambientes de trabajo y eso da cuenta de que apenas estamos en la punta del iceberg. En este momento, los modelos de sucesión empiezan a sacudirse gracias al ascenso de nuevos liderazgos que se caracterizan por su corta edad, por el coraje para defender un propósito y por la convicción que dicta que el éxito se construye con el talento de muchas manos.

Los manuales de negocio han derramado mucha tinta alrededor del siguiente principio: los líderes, con los años, aportan mucha experiencia y sabiduría a la mesa, lo que a su vez genera confianza porque demuestran dedicación, compromiso y resiliencia. Sin embargo, el inexorable paso del tiempo está provocando la irrupción de nuevos desafíos en la cultura empresarial.

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De acuerdo con las proyecciones demográficas del Banco Mundial, en siete años ocurrirá, por primera vez, un cruce en el cual habrá más empresas dirigidas por jefes de 35 años y menores. Para 2030, todos los Baby Boomers contarán con la edad de jubilación de 65 años, mientras que la Generación X tendrá 55 años o más, y eso vendrá a alborotar las culturas organizacionales.

Así, si bien ya hay jóvenes capitanes de barcos, para entonces arrancará la era dorada de los jefes jóvenes, formados con una cultura 100% digital y tecnológica, algunos en startups, pero todos tendrán responsabilidad sobre un alto número de empleados con intereses y mentalidades absolutamente diferentes.

La reconfiguración en la cultura del trabajo está a la vuelta de la esquina y ello determinará escenarios de todo tipo: por un lado, quienes son parte de la Generación X, ante las expectativas de vida, no se retirarán a los 65 años y por lo tanto pasarán su última etapa laboral con un jefe mucho menor a ellos; por otro lado, los Centennials serán el elemento de presión de los Millennials, quienes tendrán el enorme reto de liderar en climas de trabajo multigeneracionales.

“Hay muchas dimensiones del cambio. Esta generación se prepara en modelos just in time, no tienen la experiencia pero saben que hay un contenido, un recurso, una persona que les puede ayudar a resolver lo que no saben, y entonces la diferencia con la gerencia tradicional está en los modelos de agilidad, exploración, digitalización, conexión con otras redes”, sostiene Fernando Valenzuela, Fundador Global Edtech Impact Alliance.

“Los Millennials ya están tomando posiciones de liderazgo y, de la mano de la Generación X, tienen que hacer que las cosas funcionen. El reto es cómo las dos partes colaboran juntos, rompen paradigmas, pueden a través de la diversidad de pensamiento lograr extraordinarios resultados. La diversidad y la inclusión te llevan a la innovación, y ésta a tener mejores resultados”, dice Martha Barroso, directora de People & Culture de Manpowergroup Latam.

Los años maravillosos de los jefes millennials implicarán muchísimos ajustes. Los departamentos de Recursos Humanos deberán repensar los planes de sucesión en los que la experiencia ha sido un elemento clave. Es muy posible, también, que ocurra una cascada de renuncias de quienes no puedan tolerar la gestión de alguien que, bajo su mirada, no tiene la menor idea de lo que está haciendo.

“Hay varias intervenciones para aceptar este cambio y propiciar que tenga éxito. Una de las primeras es precisamente la colaboración multigeneracional. Lo que tienes que asegurar es que desde épocas muy tempranas empieces a conformar en las escuelas y en las empresas a equipos conformados por diversidad de generaciones, de género, de perspectiva”, añade Fernando Valenzuela.

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El ‘factor edad’ será una piedra en la transición. Los líderes consagrados piensan que sus pares jóvenes están llenos de sí mismos, mientras que los segundos aseguran que los primeros no escuchan y solo ordenan. Pero gran parte del malentendido se trata de los procesos que unos y otros tienen para trabajar y no necesariamente sobre los resultados que obtienen. No es la edad de un líder lo que hace que se confíe o no en él, sino sus acciones.

Y también hay otra cosa, muy natural, que vale la pena tener clara para no amargarse más: el pasado tiene una nostalgia que el futuro nunca tendrá.

Después viene otra piedra: la aceptación al cambio. Una de las competencias más difíciles de desarrollar es la adaptación a lo desconocido. El desafío es para la Generación X y está en desarrollar la capacidad de aceptar que un gerente con menos experiencia sea su jefe. Por lo tanto, si no se abraza el cambio, los jóvenes líderes encontrarán a alguien que haga lo que se necesita.

Sin duda no se trata de llegar a esos extremos y el papel de los líderes jóvenes será fundamental para no dejar heridos en el cambio generacional del liderazgo. En ciertos casos, el jefe siempre tendrá que tomar la decisión en función incluso de su propia intuición, pero al mismo tiempo deberá influir y motivar a su equipo para lograr una meta común. Sí, ser un mánager pero también un coach.

“Los jefes jóvenes tienen el reto de influir y convencer sobre el camino a seguir. Deben tener las reglas y los objetivos muy claros. También, no es que tengan que ganarse el respeto pero sí tienen que ser un ‘role model’. En esa medida, un líder joven será aceptado, escuchado y sobre todo seguido”, afirma Martha Barroso.

Además, los expertos en el arte de manejar equipos les recomiendan alimentar la inteligencia emocional, no quedarse en el escritorio tomando decisiones, construir en equipo la estrategia y siempre estar dispuestos a recibir feed back.

Hay otros atributos por adquirir: alentar a otros en su viaje de aprendizaje y no tener miedo de darles la oportunidad de brillar y tomar riesgos; inspirar al equipo para que se entusiasme con los objetivos de la empresa, lo que les permitirá liderar atrayendo y no empujando; no permitir que el ego se interponga en la toma de una decisión; capacitar desde ya a los futuros líderes.

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Todos, de alguna manera, tenemos algún grado de participación en esto. Los mayores de edad, lejos de pensar que caerán en una crisis existencial, deben abrirse a la oportunidad de cambio y así proponer y contribuir a través de su experiencia en el logro de los resultados. En tanto, los jóvenes podrían darle la bienvenida al conocimiento y la inteligencia, independientemente de la generación, para tallar con buena madera los liderazgos del futuro.

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Los jefes millennials podrían adquirir los mismos (malos) rasgos de sus antecesores: trabajar muchas horas, con altas exigencias y con la dificultad para encontrar tiempo para la recuperación y la vida privada. Además, corren con otros riesgos: dejarse capturar durante su desempeño por una permanente contradicción entre mantener lo tradicional y abrir paso al cambio, detonar la innovación o estancarse en procesos, liderar con emoción o desesperación.

Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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