Durante etapas o temporadas, nuestros negocios pasan e interactúan con muchas personas; clientes, colaboradores, proveedores, aliados, hasta amigos, que en algún momento nos apoyaron en nuestro camino.
Con algunas personas experimentamos grandes momentos que hacen hitos en el crecimiento de un negocio. Llegan colaboradores estrella con quienes nos sentimos totalmente apoyados, atraemos clientes que nos resultan un reto en su inicio, pero que dejan huella en cómo mejorar nuestro servicio o producto; encontramos esos proveedores que con la relación nos preguntamos dónde estuvieron todo ese tiempo, etc.
Y cuando por x o z se termina la relación o la misma evoluciona, se queda una especie de hueco que mayormente ignoramos o le damos la vuelta. Es decir, vamos en automático dejando pasar sucesos que fueron clave o detonantes en cómo llevamos la ejecución de nuestro negocio.
Dejamos ciclos abiertos que requieren nuestra atención momentánea o de mayor profundidad, incluso de tratamiento, porque si se van acumulando sentimientos o patrones de relaciones de las que no somos conscientes, podrían dejarnos añoranzas de los momentos o desilusiones y podrían llevar a cuestionarnos por qué las cosas no son como antes.
Cuando comenzamos a prestarle atención a esos “finales sin cierre”, reconocemos que nuestro negocio desarrolla relaciones y se construye junto con las personas. Entonces, si sientes algún tipo de bloqueo o estancamiento sobre cómo se desenvuelven las cuestiones operativas, tal vez sea momento de analizar y atender, cerrar un ciclo abierto para así comenzar otra temporada.
¿Qué hacer si te identificas con un ciclo o relación abierta? Aquí algunas opciones:
- Tomar un tiempo en total presencia, o sea, en consciencia plena, y de manera mental agradecer el tiempo compartido. Haz consciente a tu ser que eso ha terminado.
- Llevar a lo físico las emociones y sentimientos a través de una carta en la que escribas lo que te gustaría decirle a esa persona que ya no está contigo, ni con tu empresa. Escribe un texto muy personal, no es necesario que alguien más lo lea y una vez que hayas plasmado todo, quémalo.
- Resignificar la temporada con algún ritual. Encender una vela con la intención de cambio o prender inciensos para crear una atmósfera de mayor relajación.
- Verbalizar la gratitud hacia la persona en una llamada y concluir la temporada compartida.
- Si se requiere apoyo de un tercero, contactar a un profesional del bienestar holístico para tener una visualización de cómo se encuentra la persona de una manera más puntual.